El tiempo se ha detenido en la catedral de Badajoz. Eso no significa que por este inmueble no pasen los siglos, porque sí pasan, de hecho no hay más que ver el estado de las techumbres, sino que literalmente las agujas del reloj que marcaba las horas en la torre catedralicia están detenidas desde hace meses. La última vez que sonaron las campanas que marcan las horas fue en agoso. Poner en marcha la maquinaria de este reloj, que data del siglo XVIII y hacer sonar de nuevo las nueve campañas cuesta 18.000 euros. De momento, ya se han llevado el reloj de la catedral y el tiempo de la plaza de España ahora lo marca el ayuntamiento.