El sector de las residencias universitarias es predominantemente público en Badajoz, donde en los últimos años han cerrado varios establecimientos privados, de los que solo permanecen abiertos tres en situación legal. Frente a los cuatro centros de carácter público --incluyendo uno mixto-- que se reparten las instituciones pacenses y que ofertan 551 de las 700 plazas existentes, hay otros tres privados suman 145 plazas, cifra que supone el 20%, una quinta parte del total.

Lo cierto es que con esta oferta global, todas las residencias iniciarán el curso al completo, o lo estarán a poco que se inicien las clases en las facultades de la Universidad de Extremadura radicadas en el campus pacense. Y en algunos casos, sobre todo las públicas, con una pequeña lista de espera, dado que la demanda es muy superior debido a la posibilidad de obtener becas de Educación, bien el ministerio, bien de la consejería, que las hacen mucho más asequibles.

En las residencias públicas --como la municipal Julio Cienfuegos, con sus 115 plazas en 60 apartamentos; la de la diputación provincial Hernán Cortés, con 150 plazas; la de la Junta Juan XXIII con 38 habitaciones y 82 plazas--, los precios oscilan entre 200 y 400 euros mensuales, según se obtenga algún tipo de ayuda. En la de Caja Badajoz --con 132 habitaciones y 204 plazas--, de carácter mixto, y en las privadas Santa Eulalia, San Juan Macías y Sagrado Corazón, oscilan entre los 400 y 700 euros.

BECAS Y AYUDAS Petri Rodríguez, de Santa Eulalia, explicó que en la actualidad quedan solo tres establecimientos privados que no pueden competir con los públicos porque no ofrecen becas. "Me parece bien que se ayude a los estudiantes que trabajan y que lo necesitan, pero las becas deberían ser proporcionales a los ingresos familiares y los gastos del estudiante, no a todos lo mismo, porque es injusto para ellos", dijo.

"En Badajoz habrá 14.000 estudiantes universitarios y no llegan a mil los que viven en residencias; la mayoría lo hace en los 3.000 pisos disponibles, bien en habitaciones alquiladas en viviendas familiares, o en pisos compartidos, donde todo es mucho más difícil para estudiar y para las relaciones personales entre ellos". Dijo Rodríguez. Para ella, que oferta 48 plazas que ya están ocupadas, el hecho de que no haya más residencias privadas cuando debería haber más demanda, se debe a que "la inversión que se requiere es muy alta y el riesgo también".

Mari Carmen Moreno, de San Juan Macías, que dispone de 22 plazas, que cubrirá al 100%, coincidió con Rodríguez al valorar la situación del sector privado, que en principio debería haber más demanda, pero que la realidad es que otros centros tuvieron que cerrar y algunas de las que mantienen la actividad han reducido su oferta. A ella tampoco le parecen bien las becas tal y como están organizadas.