Nunca llueve a gusto de todos, aunque en esta ocasión, tomando la expresión de forma literal, la lluvia no ha venido bien a ninguno. Pero lo que no convence por igual es la decisión del Ayuntamiento de Badajoz de reubicar en esta edición de Al Mossassa las tabernas en la explanada del Campillo por motivos de seguridad. Mientras los vendedores del Mercado Arabe se muestran enormemente satisfechos con la distribución de los puestos, la vigilancia y la animación; los que trabajan detrás de las barras sirviendo cerveza y pinchitos se quejan de que están demasiado alejados del bullicio y esperan que para la próxima edición los recoloquen en un lugar más próximo.

Juan Carlos García, que tiene su puesto en la plaza de San José, se mostraba ayer entusiasmado. "Yo hago ferias en toda España --comentaba-- y esta es una de las mejor organizadas que he visto, con bastante diferencia, normalmente no contamos con tantos servicios como aquí: contenedores, tomas de luz, la decoración, los espectáculos, está al nivel de las mejores e incluso por encima". José Luis Sutil es el tercer año que acude a Al Mossassa con su puesto de orfebrería y comentaba que no notaba gran diferencia en la organización pues no sabía si la menor presencia de público se debía solo a la lluvia o que los bares estuviesen más alejados. "Veo bastante animación, he visto tres grupos distintos animando el mercado y eso está muy bien". Para Samir, que procede de Egipto, en Al Mossassa "está todo muy bien", salvo el mal tiempo. Para el artesano marroquí Husam este es su séptimo año "y siempre trabajamos bien" y en esta ocasión destacaba que había más animación "y más decoración". Este vendedor se mostró a favor del traslado de las tabernas porque "tenemos más seguridad".

Mamen Folgado es una asidua a la fiesta y ayer acudió con su marido a tomar unas cañas. No estaba de acuerdo con la reubicación de los bares "porque están muy dispersos, aunque entiendo que los alejen para potenciar los bares de la zona".

En las tabernas no estaban conformes con el traslado. "No nos gusta este sitio porque hay mucha gente que no sabe ni siquiera que estamos aquí, aunque es más amplio y la música está mejor, pero la afluencia es peor", comentaba Abel, de la caseta Marwan. José Blanco, de la Hermandad de la Soledad, también decía que el cambio les ha venido "fatal". Han puesto barras en todas las ediciones "y de todos los sitios por los que hemos pasado, este es el peor con diferencia, porque estamos fuera de la fiesta de Al Mossassa, nos da la sensación de que estamos bastante alejados".

En la caseta El Oasis de Marrakech estaban desolados: "El tiempo no acompaña y el sitio no es adecuado, porque no se ve desde arriba, la gente se da la vuelta, hay que buscar otro lugar sin tanta tierra", se lamentaba Antonio Suárez. Sin embargo, para Guillermo Regaña, de Al Maridi, en este lugar hay más espacio para los clientes "y el que quiera tomar algo al final viene".