La madrugada del domingo, hacia las seis, alguien rompió el cristal de la puerta de entrada a las despachos de la parroquia de San Juan de Ribera, forzó la puerta del despacho del párroco y se apoderó de un sobre con poco dinero. En ese momento saltó la alarma, que se instaló hace 3 años en previsión precisamente de robos, y los asaltantes huyeron, sin llegar a entrar en el templo.