El robo cometido la madrugada del jueves en la ermita de la Virgen de la Soledad, patrona de Badajoz, ha causado estupor entre sus devotos, que ayer mostraban su indignación por lo ocurrido. José María Blanco, miembro de la junta de gobierno de la hermandad, comentaba que más que el perjuicio económico o material, está "el daño moral", ya que se trata de la patrona de la ciudad, "y aquí siempre se ha venido a dar, nunca a quitar". Algunas mujeres que fueron temprano a rezar no pudieron contener las lágrimas. Los ladrones debieron actuar entre las 00.30 y las 5.30 de la madrugada, momento en el que un bombero, que paseaba a su perro por la plaza de la Soledad, vio la puerta abierta y avisó a la Policía Local, que a su vez llamó a la directiva de la hermandad.

AGRADECIMIENTO

"Esta mañana estábamos todos descompuestos, mirando con lupa si faltaba algo", contaba José María Blanco, quien llegó a agradecer a los delincuentes que no causaran ningún daño a la imagen de la patrona.

Los ladrones sólo querían dinero en metálico, pues no se llevaron ninguna de las joyas de la Virgen, colocadas a la vista, de oro y con más de 200 años algunas; ni tampoco ninguna de las piezas expuestas, muchas de un valor incalculable por su antigüedad. En el interior de la iglesia había colillas de tabaco. Ningún vecino oyó nada extraño.

Los intrusos entraron por la puerta principal, que aparecía forzada. La directiva apuntaba que ya debían llevar días intentándolo, porque hace días ya apareció una mueca en la puerta, pero su hipótesis es que no tenían entonces las herramientas adecuadas. La pasada noche llegaron provistos de un martillo y un cincel. Esta vez quisieron acceder a la caja fuerte donde cae el dinero del cepillo de la fachada, levantaron la tapa de madera pero no consiguieron abrirla, porque el muro es muy grueso. Entraron en la sacristía, registraron todos los armarios y cogieron las llaves, con las que abrieron la habitación donde se guardan dos cajas de hierro de otros dos cepillos, que sí reventaron, como hicieron con otra caja dentro de la sacristía. También dañaron el lampadario, donde no había una sola moneda. En total, no se pudieron llevar más de 30 euros, aunque los daños ronden los 600 euros.

Nunca antes habían robado en La Soledad. Blanco sólo recuerda que en 19981 alguien cogió un cáliz con las sagradas formas y las esparció por la calle de la Sal.

Ayer mismo la directiva decidió instalar un sistema de alarma y reforzar las medidas de seguridad en la ermita.