No quiero que la bandera de España permanezca en la plaza de José Luis Herrera Pombo. Tuve que buscar el lugar en el plano. Si me hubieran dicho que era la rotonda de la fuente de Juan de Avalos, lo habría situado al momento, pero por ese nombre no la conocía.

Desde que se inauguró me ha parecido una rotonda preciosa, la más bonita de Badajoz. Elegante en su sencillez. Poco me importaron las quejas de quienes tacharon al autor como bienamado del Régimen. Era hermosa la escultura y los que diseñaron su emplazamiento supieron hacerla destacar. Y así me gustaría que permaneciese, sin más aditivos. Además, creo que una vez concluidos los actos que estos días ha vivido la ciudad, las banderas deben volver a los acuartelamientos y organismos oficiales, nada de dejarlas ondeando en una obra civil. Y hay otra razón para que no me guste. El hecho de que la ciudad se haya volcado y que miles de personas asistieran a los actos, no significa que todos los vecinos compartan ese mismo fervor.

Por más que pienso no encuentro un emplazamiento realmente adecuado. Es cuestión de seguir buscando.

Como ciudadana de Badajoz agradezco el obsequio, pero la ciudad la formamos todos y la ubicación de la bandera no debe ser decidida por unos cuantos movidos por un sentimiento de exaltación momentáneo. Paso muy a menudo por allí, camino de casa, y me agrada contemplar la bonita rotonda. Así está bien. No quiero que cambie.

No todos opinan igual. De hecho, buscando información sobre Herrera Pombo, he encontrado un foro en internet en el que vecinos de la ciudad expresaban cierta inquietud ante la posibilidad de que se la llevaran de allí. En fin. Controversia a la vista. Veremos qué pasa y dónde acaba. Me gustaría que destacando, esbelta, en la entrada de un futuro Museo del Ejército, o algo así.

De momento, y mientras se decide, mucho me temo que mástil y bandera van a seguir presidiendo mi rotonda favorita.