La primera vez que José Luis Lorido pisó las tablas del López de Ayala fue a principios de los años 80, formando parte del Coro Infantil Los Draculines, cuyo director era don Diego Corrales.

El año de Superpijos, bajando del camión de la 'Brigada Antiardores', Mancha pisó mal y se hizo un esguince que le obligó a permanecer en reposo el resto del carnaval, y que ello propició el debut de su hermano, conocido como 'Manchina'.

El año de La Caidita se sale del tiesto, Lorido (que iba de jardinero) echó --sin querer-- ambientador en la cara de Mancha, que, con un gran aspaviento, retrocedió en escenario y cayó al patio de butacas, donde aterrizó boca arriba y quedó prácticamente inmovilizado, precisamente por caer boca arriba y no ser capaz de darse la vuelta.

Josemari Cortés (antiguo componente de 'El Nombre da Igual') es siempre el primer espectador de las actuaciones de La Caidita.

Es una murga precursora en el uso del ciclorama y las proyecciones (para sustituir al clásico telón), de las webs, los blogs y las redes sociales.