Durante el transcurso de una de esas expediciones de carnaval que llevan a la murga de un bar a otro, Soraya se bajó de la furgoneta. Y que, tras un tiempo sin verla, el resto de componentes de la murga se asomaron para saber donde estaba, pudiendo comprobar que se le había atascado el pie en una alcantarilla y llevaba un rato intentando liberarse.

Otro año, arrancaron la furgoneta, sonó un golpe, y pararon para ver que había pasado. Y, entonces, pudieron comprobar que eran dos de las componentes de la murga que se estaban cambiando en su interior y, al arrancar la furgoneta, habían perdido el equilibrio y caído al suelo.

El día en que debutaban en el concurso de murgas, se fue la luz en Badajoz, tuvo que detenerse el concurso (para reanudarse posteriormente cuando regresó la luz), y que aquello les hizo subir a las tablas aún más nerviosas.