La imagen que encuentra quien entra en Badajoz por la carretera de circunvalación no puede ser más deprimente. A la izquierda, la alcazaba majestuosa, con las laderas verdes; a la derecha el río, cuajado de vegetación, pero entre las barandillas y la orilla se acumulan montones de basuras, escombros y ripios, que se prolongan en dirección a la zona conocida como El Pico. Es en este lugar donde la asociación ecologista Salvar el Guadiana denuncia el depósito masivo de millares de metros cúbicos de tierra, escombros y basuras, situación que ha trasladado a la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) y al Ayuntamiento de Badajoz, sin que todavía les hayan aclarado si esta acumulación supone una amenaza si hubiera una gran avenida de agua.

El secretario de esta asociación, Francisco Lama, calificaba ayer de "gravísima" la elevación que se está produciendo de tierras en los mismos cauces del río. Lama mostró la respuesta que han recibido del ayuntamiento a la denuncia, según la cual la competencia no es del servicio de Control y Disciplina Urbanística, sino del servicio de Infraestructuras y no han concedido ninguna licencia de vertidos en esta zona, cuya titularidad la policía local investigará. Para Salvar el Guadiana, esta respuesta significa que "se quitan del medio", según el presidente, José Ramos.

La asociación organizó ayer una marcha por la margen izquierda del río, para comprobar su situación. Mientras los organizadores atravesaban el camino que baja desde Pajaritos al río en dirección a El Pico, varios camiones entraron y salieron cargados de tierra. Junto al camino se acumulan restos de obras, sanitarios, azulejos, escombros, electrodomésticos, puertas rotas y ladrillos.

INSPECCION Los miembros de este colectivo quisieron salir además a revisar la orilla para comprobar el resultado de la operación de limpieza que ha llevado a cabo la CHG, desde el puente de la Autonomía hasta pasado el puente Real y, realmente, se sorprendieron de los resultados. Antes, en la zona del botellón se amontonaban las bolsas entre la vegetación, las botellas, los vasos de plástico y los cristales hechos añicos. Ahora, apenas se aprecian restos de la noche anterior.

Pero el presidente del colectivo, José Ramos, incidió en que la limpieza de las orillas "no puede ser pan para hoy y hambre para mañana", por lo que exige que se vigilen y controlen los vertidos, para lo que es necesario que se pongan de acuerdo las tres administraciones. La solución, según Ramos, podría pasar por contratar guardas, "porque Medio Ambiente tiene que controlar y debería contratar vigilantes, ya que hay zonas que se han convertido en un auténtico vertedero", en referencia a la zona de El Pico.

La asociación es consciente de que la suciedad de las orillas es culpa "de todos, de los ciudadanos, que no están mentalizados y de las administraciones, que tienen el deber de vigilar, cuidar y sancionar las agresiones al medio ambiente", según Lama, que se refirió a las tres administraciones: la central, a través de la CHG, la regional, por la Consejería de Medio Ambiente y el ayuntamiento.

La asociación también ha denunciado el vertido del colector de aguas residuales, conocido como Caño de la Cambota, entre el puente Real y de la Universidad.

Al mismo tiempo, hicieron un llamamiento a los pescadores, para que cuiden el entorno.