Quizás se pregunten el motivo por el cual les cuento esta historia de Tesoro Artístico, Guerra Civil y Quinta Columna. Entre otros motivos porque en ese asunto estuvieron involucrados, indirectamente, dos extremeños de pro en el mundo de la Cultura: Timoteo Pérez Rubio y Antonio Rodríguez Rodríguez-Moñino. Ambos jugaron un papel muy destacado, el segundo en el campo de los archivos y de las bibliotecas; en el de los bienes muebles, especialmente pinturas, el primero. De Timoteo se ha destacado su papel fundamental en la innecesaria salida de España de los cuadros del Museo del Prado. Fue un honrado funcionario que cumplió con su deber y no parece haberse visto comprometido en ninguna de las operaciones clandestinas antirepublicanas en las que participaron muchos de sus colegas. Hubo de hacerse cargo de la evacuación, como director interino, de la gran pinacoteca madrileña. Su director, Pablo Picasso, no se dignó aparecer, comunista y todo, por España. Pérez Rubio es una figura cargada de dignidad.

Distinto es el caso de Rodríguez-Moñino. Técnico de la Junta de Incautación. Participó en muchos salvamentos, pero su presencia en el saqueo de la colección de monedas de oro del Museo Arqueológico Nacional, aunque hiciera de sujeto pasivo y obedeciendo órdenes superiores, abrió ciertos interrogantes sobre su conducta y su grado de convicción, en una y otra dirección. Se conservan documentos de agentes secretos franquistas en los que, desde la sitiada capital del Estado, se pone en duda su lealtad a alguna causa. Lo pagó con un expediente de depuración y con una larga inhabilitación. Eran momentos muy difíciles y, desde nuestra perspectiva, es difícil pronunciarse. Nos faltan elementos de juicio, por ahora. El ambiente estaba muy enrarecido y nadie se fiaba de nadie. En San Francisco el Grande acabó por desencadenarse la tormenta. A finales de mayo de 1937 el Servicio de Información Militar del Sector Centro irrumpió allí con un gran despliegue de medios y se llevo treinta y ocho detenidos. Entre ellos algunos de los nombres más insignes de la restauración arquitectónica en la España de la preguerra. Se lo contaré. En el aniversario del Museo del Prado, es digno de saberse.