Sanidad ha puesto fecha al cierre del mercado de Santa Ana. Según han declarado a EL PERIODICO los dos únicos comerciantes que sobreviven en el edificio, el veterinario les ha avisado de que si antes del mes de marzo no se solucionan las deficiencias sanitarias, tendrán que marcharse, tras la inspección que realizó hace dos semanas a las instalaciones. El edificio es propiedad del ayuntamiento, donde ayer no quisieron hacer manifestaciones al respecto y tampoco la Consejería de Sanidad contestó a los requerimientos de EL PERIODICO.

La tienda de alimentación de Teresa Algaba y la carnicería de Antonio Anselmo son los dos únicos negocios que permanecen en el mercado, donde el deterioro es evidente. Ayer mismo se estaba desprendiendo una de las cornisas. Pero ellos no están dispuestos a marcharse, porque no tienen donde reabrir sus negocios. Cuando se puso en marcha el centro comercial de Pardaleras, se les ofreció reubicar allí sus tiendas, pero las condiciones económicas no les interesaban. Allí pagarían 600 euros al mes, frente a los 48 euros que abonan ahora. Además, ellos quieren seguir en el casco antiguo, donde se encuentra toda la clientela que han atendido durante más de 70 años (heredaron los negocios de sus padres).

LA PRIMERA ORDEN En el 96 la Dirección General de Salud Pública y Consumo de la Junta ya ordenó el cese de la actividad y, como no se subsanaron los problemas sanitarios, en abril del 99 la Inspección Provincial Veterinaria emitió un informe para que se cumpliese la orden, a la vista de que no se habían reformado las instalaciones, cuya degradación era progresiva. En junio de ese año, la Comisión Municipal de Gobierno decretó iniciar el expediente administrativo para revocar las concesiones entonces vigentes, que eran cuatro: las dos carnicerías que siguen abiertas, además de un despacho de pan y una frutería.

Sin embargo, la alcaldía reconsideró la decisión, por entender que aparte de tratarse de un inmueble emblemático en la zona y ser susceptible de reconversión para otros usos, podían ser subsanadas las deficiencias sanitarias, para lo cual encomendó al servicio municipal de obras un proyecto técnico.

Según contó ayer Teresa Algaba, es cierto que después de aquella situación, fueron los albañiles, "pero sólo pusieron cuatro parches".

SILENCIO El concejal de IU Manuel Sosa denunciaba ayer la situación del mercado de la plaza Chica y lamentaba "el silencio vergonzoso" de la asociación de vecinos y de la de empresarios y comerciantes. También mencionó que quizá lo que el ayuntamiento esté buscando con este abandono es que el edificio sea declarado en ruina, a pesar de que goza de protección integral.

El concejal recordó que en abril del 2002 su grupo presentó una moción en pleno para que el mercado fuese reconvertido en centro cultural, y fue aprobado por el Partido Popular con el compromiso de convocar un concurso de ideas. Según explicó ayer Sosa, nada se sabe de esta propuesta y ya han transcurrido dos años desde que se lanzó.

Tanto el concejal, como los dos comerciantes aseguran que al ayuntamiento han llegado demandas de gente interesada en explotar puestos en este mercado, que no han sido atendidas. IU propone que en la primera planta haya tiendas y la segunda se destine a locales para sedes de asociaciones y organizaciones.