Técnicos de la Consejería de Sanidad visitarán hasta final de año las cocinas de más de un centenar de establecimientos de comidas preparadas ubicados en el Area de Salud de Badajoz con el fin de analizar los alimentos que preparan, su origen e higiene, así como las condiciones técnico-sanitarias de las instalaciones.

Estas inspecciones se enmarcan dentro del Programa de Vigilancia y Control de Establecimientos de Comidas Preparadas que desarrolla la Junta con el objetivo de proteger la salud de los consumidores y que el año pasado llevó a visitar 116 establecimientos "considerados de mayor riesgo, bien por la población a la que iba destinada la comida o bien por el volumen de comidas preparadas", según el director de Salud del Area de Badajoz, José María Iglesias Sánchez.

En el 2005 se controlaron comedores escolares, hospitales, residencias geriátricas y restaurantes con mayor volumen de elaboración de comidas, entre otros, de donde se sacaron 226 muestras que fueron analizadas en el Laboratorio de Salud Pública de Badajoz, de las que 211 fueron favorables y 45 desfavorables.

SOBREPASAR LOS LIMITES La mayoría de las muestras positivas "no sobrepasaban los límites legales pero se aproximaban a los establecidos, por lo que le comunicamos a los titulares de los negocios que adoptasen las medidas necesarias para corregir los defectos detectados, y, en el caso de que sigan dando positivo, se les abre un expediente sancionador", según explicó José María Iglesias.

Este año se han ampliado los tipos de establecimientos que se inspeccionarán dentro de esta campaña, por lo que se sumarán los asadores de pollos, salones de banquetes, hamburgueserías, hostales, pensiones, campings, así como hoteles y casas rurales, donde está previsto extraer un mínimo de 171 muestras.

Estos programas han facilitado la disminución considerable del número de intoxicaciones o infecciones por el consumo de alimentos, según el director de Salud, quien aseguró que "el año pasado en el Area de Badajoz sólo hubo una toxiinfección, a causa de la salsa contaminada de un pollo, mientras que en el 2004 hubo nueve toxiinfecciones alimentarias".

"Personal que fuma mientras prepara los alimentos, ausencia de protectores del pelo en las cocinas, uso de mandiles no adecuados, o falta de higiene, suelen ser las faltas más frecuentes detectadas", según señaló. Otros de los fallos están relacionados con "déficits estructurales", cocinas mal estructuras, sucias, cruces en la circulación entre las materias primas y los deshechos. "Alguna vez hemos encontrado que se utilizaban huevos de origen desconocido, cuando todo el sector de la hostelería y la restauración sabe que no se pueden usar".

LAS OBLIGACIONES Los establecimientos están obligados a mostrar a los inspectores la procedencia de cada materia prima, con el fin de acreditar que cada alimento cumple las condiciones higiénico-sanitarias que exige la reglamentación, y que el almacenamiento y la manipulación son los adecuados. "No está permitido utilizar huevos de las gallinas de un familiar o un vecino, si no está registrado su origen", explicó.

Los técnicos también visitarán todos los negocios de carne fresca, tanto carnicerías como mataderos, salas de despieces y almacenes frigoríficos, donde controlarán, según explicó, las prácticas de las personas que manipulan los alimentos, las condiciones de conservación de las carnes y sus documentos.

También se realiza un programa de vigilancia del nivel de nitritos en los productos cárnicos a disposición del consumidor, para comprobar que se hace un buen uso de los aditivos.