Apenas dos horas y media sobrevivió a la intemperie el Marimanta, subido en su silla, desde que se inició el desfile en la avenida de Colón hasta que ardió en la pila instalada en la plaza de Conquistadores mientras estallaban fuegos artificiales en un cielo despejado. El sonido de las comparsas, el ritmo de los tambores y el colorido de los disfraces anticiparon ayer e Carnaval en Santa Marina con la celebración de Las Candelas, que este año cumplen su 25 aniversario. El próximo sábado se celebrarán en la Margen Derecha, coincidiendo con la onomástica de la Candelaria.

El coordinador de las Candelas de Santa Marina, Casimiro Urteaga, bromeaba anoche achacando el buen tiempo al convenio que tiene la asociación de vecinos con la santa que da nombre el barrio. El desfile contó con unos 500 participantes, de los que más de 250 eran niños disfrazados de los colpegios de la zona y 11 grupos, 9 de ellos de la Falcap. Los niños que desfilaron recibieron un obsequio y tras la quema del Marimanta se repartieron 4.000 hornazos acompañados de vino de la tierra. Para finalizar, se celebró la VII Muestra de Percusión Ciudad de Badajoz, en la que participaron seis grupos.

Este año, la asociación vecinal se ha encontrado con algunos problemas burocráticos para poder encender la hoguera en la plaza de Conquistadores, dado que como aún no se ha abierto el párking es propiedad privada y la empresa concesionaria requiere permisos municipales.

Con la quema del Marimanta se simbolizaba el repudio "de todo lo malo del 2012: el paro, la crisis, los robos y los jaleos", señalaba Urteaga. Desde hace años el Pelele se confecciona en el colegio Arias Montano. Los últimos seis años, el encargado de elaborarlo y enseñar a los niños es José Manuel Garófano, de la Asociación de Vecinos de Santa Marina.

Antes de Garófano, se encargaba una maestra, Pilar González, hasta que se jubiló. El que se confecciona ahora aprovecha la didáctica con los alumnos. Los rasgos del muñeco se repiten todos los años porque se utiliza un molde que los niños rellenan de pasta de papel. Por eso está hueco y este material arde muy rápidamente. Cada año cambian la peluca, las patillas, el bigote, los dientes y la ropa. En esta ocasión las vestimentas (camisa y pantalón) las ha regalado un establecimiento de la zona. El pelele hay que empezar a prepararlo en septiembre porque en invierno tarda en secar. A pesar del trabajo que conlleva, a Garófano no le da pena que el muñeco desaparezca en pocos minutos pasto de las llamas, "aunque hay chiquillos que sí lloran, porque lo han estado tratando en el colegio y le cogen cariño".

Urteaga apuntaba una idea para el futuro: indultar algún año al Marimanta para exponerlo en el Museo del Carnaval.