El segado mecánico de forma periódica o el dragado del lodo, con o sin vaciado del río, son dos posibles alternativas en la lucha contra la proliferación del nenúfar mexicano en el tramo urbano del Guadiana en Badajoz, según un estudio elaborado por la Confederación Hidrográfica del Guadiana y la Junta de Extremadura, entre otras entidades.

Por el momento se lleva a cabo el desbroce mecánico de la planta para evitar un aumento de su presencia de cara a este verano, según han explicado, durante la presentación de este estudio, la delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García Seco, y el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, Samuel Moraleda.

Tras el periodo estival se determinará la alternativa más idónea, si continuar con estas tareas de segado de forma anual o acometer un dragado del río, lo que se decidirá según criterios medioambientales -el entorno urbano del río es zona de especial protección de aves (ZEPA)-, técnicos o económicos.

En este último caso, el segado conlleva una inversión de unos 265.000 euros anuales, mientras que el dragado costaría entre cinco y 10 millones de euros, medida esta última que resolvería el problema en un prolongado periodo de tiempo pero que debe estudiarse desde el punto de vista medioambiental.

El dragado, que debería realizarse en época otoñal o invernal, precisaría de una declaración previa de impacto ambiental positiva, al realizarse en un entorno ZEPA, espacio que obliga por ejemplo a que estas tareas no coincidan con los periodos de anidación de aves.

El dragado del lodo para no enraizase el nenúfar, con vaciado o no del río, podría llevarse a cabo de forma parcial (en los tramos afectados), o general en todo el río.

Con el segado anual se desconoce si la especie se debilitaría de forma considerable, aunque sí permite controlar su crecimiento y evitar su expansión por el río.

Otra conclusión destacada del estudio es que se considera importante instalar un dispositivo de desagüe eficaz en los azudes de La Pesquera y de La Granadilla.

El informe será expuesto en breve a información pública a colectivos y asociaciones.

A diferencia del camalote, con una expansión más rápida, el nenúfar mexicano, que se encuentra en el entorno de Badajoz desde los años 80, se propaga de forma más lenta aunque afecta ya a unas 44 hectáreas del río.