La segunda piscina pública climatizada de la ciudad abrió ayer sus puertas en la barriada de San Roque, después de 30 meses de obras y de más de ocho años de espera desde que se ideara este proyecto municipal. La inauguración de la nueva instalación fue bien acogida por los usuarios que desde primeras horas de la mañana empezaron a pasar por la misma, en su mayoría eran pensionistas de los centros de mayores de la ciudad que acudieron a sus clases matutinas.

La piscina, ubicada al final de la avenida Ricardo Carapeto, en la calle Eugenio García Estop, tiene ocho calles y un vaso para enseñanza de 16 por 25 metros y está equipada con vestuarios masculino, femenino e infantil, sala de espera, zona común para acompañantes, botiquín, almacenes y gradas para público. La inversión final ronda los 2 millones de euros.

Esta instalación permitirá descongestionar la única piscina cubierta que había hasta ahora, la de La Granadilla, aunque ésta cerró el 30 de diciembre para someterse a unas obras de mejora que durarán hasta abril, por lo que la de San Roque, de momento, es la única piscina de este tipo que funciona en Badajoz.

La apertura se ha llevado a cabo sin haberse acometido la urbanización exterior, aunque se ha habilitado un acceso provisional, que resulta poco practicable para niños y discapacitados. La última Junta de Gobierno Local adjudicó a Joca los trabajos de urbanización de los alrededores y accesos de la piscina por un importe de 131.255 euros.

VIEJA REIVINDICACION El presidente de la asociación de vecinos de San Roque, Ramón Olivenza, mostró su satisfacción por ver hecha realidad "una vieja reivindicación" de la barriada, "a la que esta piscina prestará un servicio muy importante", señaló.

También el presidente del Club de Natación de Badajoz, Casildo Barrantes, elogió este proyecto al considerar que la nueva piscina es "más amplia y más moderna que la de La Granadilla, que tiene seis calles y no dispone de un vaso de enseñanza". Aunque recibirá el mismo público que acogía La Granadilla, "los nadadores nos sentimos más desahogados porque el hecho de contar con un vaso para enseñar despeja calles que suelen ocupar niños y personas mayores". Todo esto facilita los entrenamientos de los 208 nadadores de este club que dedican casi seis horas diarias a la natación.

Casildo Barrantes reconoció que lo que no hay, de momento, en las instalaciones de San Roque es un gimnasio, de vital importancia para los nadadores del club. Aunque carece de este servicio, el proyecto contemplaba una sala de musculación, así como solarium en el exterior.

El presidente de este club destacó también la gran demanda de plazas que hay en la ciudad, que, en su opinión, necesitaría una tercera piscina.