Los colegios públicos General Navarro, Luis Vives, Manuel Pacheco y San Pedro de Alcántara y los de las pedanías de Sagrajas y Alvarado se han sometido este verano, por parte del ayuntamiento, a una operación de pintura integral, interior y exterior, seguida de otra de limpieza, según informó ayer la concejala del área, María José Solana. En el caso de los centros educativos de los dos poblados, Solana lamentó que han tenido que volver a limpiarlos porque la Consejería de Educación decidió hacer obras de mejora sin haber avisado previamente, ni siquiera a los directores.

La media de gasto en cada uno de estos colegios, cuando se realiza una operación integral de pintura, es de 30.000 euros, cantidad que se engloba dentro de la partida anual de 3.109.000 euros que el ayuntamiento destina a mantenimiento, vigilancia y limpieza de los 38 colegios de la ciudad y de los poblados, que suponen un total de 90 edificios. El más antiguo es el General Navarro, con más de 90 años, y el más reciente, Nuestra Señora de Bótoa, inaugurado el curso pasado. La media anual que el ayuntamiento invierte en cada centro ronda los 82.000 euros. En concreto, la mayor cuantía se la lleva la limpieza, que asciende a 1,9 millones; seguida del mantenimiento general, que supone 653.000 euros y los suministros, otros 460.000 euros (gasoil, gas natural y electricidad).

El ayuntamiento suele aprovechar los meses de verano para realizar obras de puesta a punto, como son la pintura y la limpieza integral, así como jardinería, llenado de areneros y eliminación de plagas y desinsectación, actuaciones estas últimas que requieren que durante varios días no haya niños en el centro. Además, se ha sustituido el mobiliario allí donde se ha solicitado. Todo para que los colegios estén preparados y hoy abran sus puertas a los 9.500 niños escolarizados en Badajoz y sus poblados.

Por otro lado, Solana explicó que solo quedan tres centros con viviendas ocupadas por trabajadores que se dedican a la limpieza, pero que no son conserjes, una figura que para este ayuntamiento no existe. En estos tres centros, Solana reiteró que en el uso que se haga de estas viviendas se tendrá en cuenta la opinión del equipo directivo. Puso el ejemplo del colegio Segura Covarsí, cuya vivienda la ocupó una familia, que la abandonó porque mejoró su situación económica, y ha entrado otra, "con total normalidad".