Los seis olmos que han sobrevivido 40 años en la mediana de la avenida Carolina Coronado recibieron ayer el apoyo de medio millar de defensores, entre los que había representantes de una veintena de colectivos y partidos políticos y también de muchos vecinos a título particular, que se oponen al proyecto del Ayuntamiento de Badajoz de trasplantarlos y sembrar rosales con una inversión de 180.000 euros, alegando que los árboles pueden provocar daños en la tubería de abastecimiento de agua.

A las 20.30 horas estaba convocada la concentración en la glorieta de Cuatro Caminos. Los participantes iniciaron una marcha por los carriles de subida de la avenida, deteniéndose en los cruces donde hay olmos, hasta llegar al último. Fue allí donde Cecilio Calle, en nombre de los congregados, leyó un manifiestó en el que defendió que los dirigentes «están para atender las necesidades que reclama la ciudadanía» y que San Fernando presenta «auténticas prioridades que reclaman una intervención más urgente que la eliminación o trasplante de los olmos, perfectamente compatibles con los rosales». Rodeado de los participantes en la concentración, leyó que «la eliminación de un árbol debe ser decidida como último trámite» y ni los árboles ni las plantas deben utilizarse «como un mero acto mercantil e institucional».

Mariano Cabrera, portavoz de la Plataforma Salvar Ascensión y uno de los primeros convocantes, mostró «una alegría enorme» ante la respuesta ciudadana a la convocatoria, pues fue «muy considerable». Sobre todo porque «habitualmente no estamos acostumbrados a que nuestras reivindicaciones tengan este seguimiento» y subrayó que «mucha gente tanto a título individual como colectivos se han dado cuenta de que estamos hartos de que desaparezcan los árboles sin motivo aparente y hemos dicho: hasta aquí hemos llegado».

Corine Martínez, de la asociación Salvemos el Guadiana, criticó la «decisión totalmente unilateral que ha tomado el equipo de gobierno». Este colectivo no se opone a que se planten los rosales pero, como el resto de los convocados, consideró que son compatibles con los olmos, que además fueron plantados hace 40 años por los alumnos del colegio Santo Tomás de Aquino «y forman parte de la historia de este barrio». Entre los que protestaban, había muchos vecinos que espontáneamente habían fabricado pancartas con mensajes en defensa de los olmos. Pilar Sudón no quiso faltar a la convocatoria, convencida como está de que la inversión anunciada por el ayuntamiento es «una desinversión». Para ella los árboles de la avenida en la que ha vivido siempre forman parte de su historia y ha sido testigo de su paulatina desaparición. «No cabe en cabeza humana que quieran quitarlos, no es de sentido común», como tampoco entiende que pretendan poner césped artificial.