La decisión firme del PSD portugués (lo que viene a ser el PP de aquí) de paralizar el proyecto del AVE si gana las próximas elecciones, ha vuelto a encender todas las alarmas políticas en Extremadura.

Según su candidata, Manuela Ferreira Leite , Portugal tiene necesidades más importantes, en estos momentos, que las del proyecto de Alta Velocidad.

Dicho así y ahora, la postura del PSD podría calificarse hasta de sensata, como dijo el alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán , al cual le faltó aseverar, a renglón seguido, que la sensatez no está reñida con la visión política de futuro que se le presupone a un mandatario o aspirante a ello.

Me extraña que la señora Leite desconozca las posibilidades de desarrollo económico que puede generar el AVE o los efectos negativos que tendrán para Portugal, quedarse aislado, una vez más, de un elemento de modernidad ¿O es que en tiempo de elecciones es obligatorio plantear lo contrario que tu rival, aprovechando una difícil situación de crisis, aun a sabiendas de que el resultado será perjudicial para tu país?

Habrá que esperar la decisión de los ciudadanos, por lo general más sensatos que sus representantes políticos.

Pero la postura del partido socialdemócrata portugués sobre el AVE va más allá de lo que pueda suponer la paralización de esta infraestructura; su decisión pone en tela de juicio la validez de las cumbres hispano-lusas. ¿Qué sentido tienen estos encuentros al más alto nivel si a golpe de elecciones se cambian los proyectos en ellos acordados?

Una supuesta paralización de la Alta Velocidad en Portugal no debe implicar retrasos en el trazado entre Madrid y Badajoz. Ese es el principal objetivo que debe unir a los políticos extremeños. Sin embargo, es incuestionable la necesidad de el trayecto continúe hasta Lisboa. Por tanto, ¿hasta qué punto sería interesante para Badajoz y Extremadura apoyar los planteamientos de aquellos que apuestan por la Alta Velocidad en Portugal? Cuestión de sensatez.