El programa Alberca del Ministerio de Medio Ambiente, que desarrolla la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) con el fin de legalizar o registrar entre 10.000 y 12.000 aprovechamientos de aguas subterráneas, desde su inicio en el 2002 y hasta el 2006, ha recibido algo más que un fuerte empujón a causa de la sequía que nos asola, pues sólo en el último mes y medio se han presentado más de 300 solicitudes, según manifestó ayer a EL PERIODICO Emilio Luna, geólogo responsable de la Sección de Aguas Subterráneas.

Esta cifra es considerada "muy alta, se han disparado las peticiones de pozos", hasta el punto de considerarlas "una avalancha", pues supone la mitad o más del número de solicitudes previstas para todo el año. Ese dato está entre 500 y 600 expedientes anuales. Emilio Luna afirmó que "se está notando el efecto llamada del programa Alberca ", y desde luego, la sequía, aunque es "difícil diferenciar los pozos nuevos de los que se registran para su legalización y que ya existían antes".

La Sección de Aguas Subterráneas de la CHG aún no dispone de datos sobre caudal bajo tierra en la zona de Badajoz, pero los tendrá cuando estén disponibles las primeras estadísticas que se confeccionen con la información obtenida con Alberca , a partir del 2006. De momento, sí se sabe que se superaron los objetivos previstos en el 2004, sobrepasando los 14.000 registros, fundamentalmente de pozos del tipo B, que son los aprovechamientos de usos domésticos y pequeños consumos.

AGUAS PRIVADAS Asimismo, los pozos del tipo C, que son los expedientes referidos a lo que eran aguas privadas antes de la entrada en vigor de la nueva Ley de Aguas, se comenzarán a inscribir el año próximo, mientras que para los del tipo A, de usos industriales, para explotaciones agropecuarias y similares, se abrirá el plazo después del verano, "si todo va bien y lo permite el ministerio". La previsión es que afloren de 4.000 a 5.000 concesiones, que pueden ser de uno o más pozos por concesión.

Una vez hechos los registros históricos, ahora se añadirán los nuevos que vayan surgiendo, alrededor de 500 al año, aunque "en tiempos de sequía, es normal que afloren más y se tire de las aguas subterráneas", aseguró Luna. Y lo hacen sin distinguir si son nuevos o no, pues para hacer las perforaciones sólo hay que solicitar permiso a la CHG si se hacen en terrenos de dominio público, mientras que si no es en estas zonas, se puede hacer el registro una vez perforado el pozo.

Uno de los usos en los que más se detectan los aprovechamientos de aguas subterráneas es el ganadero, que se abastece mediante charcas que en condiciones normales se reponen con el agua de lluvia, y que cuando hay sequía, como ahora, se ve mejor el agotamiento de los recursos, explicó Luna.

CANTIDAD Y CALIDAD En cuanto a los efectos de la disminución del caudal de agua, también en el subsuelo, se notan desde luego en cantidad, pero no necesariamente en una menor calidad, siempre que se mantenga en unos niveles adecuados, pues sí es evidente que a menor cantidad de agua aumentará la concentración de distintas partículas, posibles sustancias nocivas procedentes de vertidos industriales y/o agroganaderos.

El número de pozos inventariados en toda la cuenca del Guadiana han superado los 70.000, de los que se encuentran en la provincia de Badajoz, entre la presa de Cijara y la Raya, más de 25.000, una tercera parte.