Empezó a hacerlo China y ya lo han importado algunas comunidades autónomas españolas, a las que seguramente se sumará la próxima semana Extremadura. El Servicio Extremeño de Salud (SES) está a punto de culminar el procedimiento para empezar a aplicar un nuevo tratamiento que consiste en usar plasma de pacientes curados (denominado plasma convaleciente) que ya sean negativos con enfermos graves por coronavirus.

El Banco de Sangre de Extremadura, con el Servicio de Hematología del Hospital Universitario de Badajoz y del San Pedro de Alcántara de Cáceres, están preparando un estudio para empezar a tratar a pacientes severamente enfermos reforzando de este modo su sistema inmunológico. Al tratarse de un estudio experimental necesita que el Comité de Ética lo autorice, según ha explicado José María Brull, director del Banco de Sangre. La función del Comité Ético es valorar cuando se le presenta un nuevo tratamiento si es factible y se puede poner en marcha. En este caso se ha presentado al comité de la gerencia del Área de Badajoz y si lo aprueba servirá para toda Extremadura.

Ya se ha elaborado un protocolo y se ha preparado información escrita para el donante y para el paciente que vaya a recibir el plasma con un consentimiento informado. En cuanto el Comité de Ética lo permita, el SES se podrá en marcha y, según Brull, «puede ser algo importante para algunos enfermos», como se ha puesto de manifiesto en experiencias llevadas a cabo en China, donde ha habido enfermos graves cuya vida estaba en juego que se han recuperado.

La explicación es conocida y el concepto es el mismo que el suero antitetánico, pues consiste en introducir anticuerpos del enfermo que ha conseguido curarse en otro paciente grave para ayudarle a atacar al virus. Se trata por tanto de aprovechar el plasma de pacientes que han vencido a la enfermedad y que tienen un número elevado de anticuerpos contra el coronavirus, Brull calcula que la próxima semana estén todos los procedimientos ultimados para poder empezar.

MULTIDISCIPLINAR /Esta actuación implica una intervención multidisciplinar, pues participa el Banco de Sangre de Extremadura en colaboración con los bancos de sangre hospitalarios y los servicios clínicos. Por una parte está el donante, que depende del banco, y el plasma se utilizará en los hospitales, en principio en los de Badajoz y de Cáceres, que es donde se van a realizar las donaciones, aunque estará abierto al resto de hospitales de la región que lo requieran. El banco se encargará de procesar y preparar el plasma, procurar maximizar en lo posible cada donación para rentabilizar las transfusiones y ofrecerlas a los hospitales.

El protocolo que se está elaborando incluye bibliografía de apoyo y datos concretos sobre la dosis que se debe transfundir, en qué momento se debe hacer , cómo se maneja este plasma y a los donantes y cuándo se les puede extraer la sangre, pues hay que tener la seguridad de que están ya curados. «Una limitación que hemos tenido -explica Brull- es que hasta ahora no había muchos reactivos y no podemos sacar plasma a una persona aunque teóricamente está bien sin tener la seguridad de que la PCR es negativa». Hay que tener en cuenta además otros requisitos previos, pues ya existen limitaciones para poder donar por parte de cualquier donante, como la edad (de 18 a 60 años), no haber padecido una serie de enfermedades y encontrarse bien de salud. En cuanto el Banco de Sangre tenga la posibilidad de hacerse de un listado de personas curadas de la enfermedad y acepten, la próxima semana podría empezar.

El director del Banco de Sangre de Extremadura está convencido de que este tratamiento «sería muy beneficioso sobre todo para personas que están graves».