Llegan nuevos inquilinos a las Casas Coloradas de la plaza Alta. Son los primeros después de que la Junta de Extremadura decidiese acometer obras de mejora en estas viviendas, cuya gestión recuperó hace diez meses, tras la reversión por parte de la Sociedad Pública de Alquiler, dependiente del Gobierno central.

El consejero de Fomento, Víctor del Moral, se acercó ayer a Badajoz para, junto con el alcalde, Francisco Javier Fragoso, entregar las llaves de siete de los pisos que se habían quedado vacíos. En total, las Casas Coloradas están conformadas por 24 viviendas y tras el reparto de ayer aún quedan por ocupar cuatro (otra ya ha sido adjudicada, pero está pendiente de la firma). Durante el acto, Fragoso recordó que debido al estado de "abandono" en que se encontraban estos pisos durante la gestión de la sociedad estatal, algunos se habían ido quedando vacíos.

La consejería ha invertido 150.000 euros en las obras de mejora, que fundamentalmente han consistido en reparaciones puntuales de las humedades y el tejado, preinstalación del aire acondicionado, carpintería y además se han pintado todos los pisos. El Gobierno extremeño también ha cumplido con el compromiso de rebajar los alquileres, no solo a los nuevos inquilinos sino a los que ya ocupaban estos pisos. La bajada ha sido de entre 60 y 110 euros, de manera que pagan por ocupar estas viviendas desde 94,17 euros la más pequeña, a 261 por una de 3 dormitorios de 87 metros cuadrados.

Este precio tan competitivo y el encanto de poder vivir en pleno corazón del Casco Antiguo animó a María José Bejarano a solicitar una de estas viviendas, que le ha sido concedida. Ayer recibía las llaves y se trasladará cuanto antes con sus dos hijos. Ahora vive en Antonio Domínguez y paga mucho más por solo dos dormitorios. "Yo tenía que dormir en el salón", contaba. Su nueva vivienda tiene tres habitaciones, más la cocina amueblada, el salón y un baño. Se mostraba contenta porque "hemos tenido suerte, estoy encantada de la vida". Y más animado aún que ella estaba su hijo Wenceslao, por la proximidad de la alcazaba y todo el entorno.