Fue poco después de las siete de la mañana cuando en el parque municipal de bomberos recibieron un aviso por un incendio en un piso del edificio situado en el número 10 de la calle San Onofre esquina con San Juan de Dios, en Pardaleras. Cuando llegaron, uno de los inquilinos de la vivienda, en la primera planta, había conseguido saltar por una de las ventanas y una mujer intentaba hacer lo mismo, por lo que fue rescatada con la ayuda de una escalera y puesta a salvo. Además de ellos dos, otras cinco personas resultaron afectadas en el siniestro por inhalación de humos o crisis de ansiedad, entre ellos una joven embarazada de ocho meses y medio y un niño de 11 años.

Según Cruz Roja, que asistió a los afectados en un primer momento, ninguno sufrió lesiones de gravedad, aunque cuatro (los inquilinos del piso, la mujer embarazada y el niño) fueron derivados a centros hospitalarios. Tras pasar varias horas en observación, todos ellos recibieron el alta hospitalaria ayer por la mañana, según confirmaron fuentes del Servicio Extremeño de Salud.

Todo apunta a que el fuego se originó en el salón de la vivienda, el primero F, posiblemente a causa de un brasero eléctrico, según explicó el jefe del servicio de Bomberos, Basilio González. Esta estancia hace de distribuidor en el piso, por lo que los inquilinos tomaron la decisión de huir de las llamas saltando por la ventana. El salón quedó completamente calcinado y el humo inundó por completo el resto de la vivienda, en cuya puerta continuaba horas después el precinto de la Policía Nacional, que fue la primera en llegar al lugar y trató de apagar el fuego con dos extintores.

En un primer momento se pensó que podría haber una tercera persona en la vivienda, por lo que los bomberos revisaron la casa en su búsqueda, pero al parecer había salido poco antes de la misma.

«Ha sido un susto muy grande, no nos habíamos visto nunca en una de estas», contó ayer María, una vecina de la misma planta del piso incendiado. Ella, como otros inquilinos, bajó a la calle con lo puesto (algunos de ellos en pijama y bata). Otros permanecieron en sus casas hasta que la escalera común se despejó de humo. «Se nos ha ensuciado toda la casa, cortinas, muebles...», lamentó Dubi, cuyo piso está justo al lado del incendiado.

Rubén, marido de la mujer embarazada, estaba ya en el trabajo cuando se declaró el fuego, y tuvieron que avisarlo. «No sé muy bien cómo ha pasado, me fui con mi mujer al hospital, ella y el niño están bien», comentó.