Solo quiero recuperar mi empleo en las Fuerzas Armadas. Espero que por lo menos se abra expediente al capitán responsable de mi despido y que se tenga más cuidado con las sanciones para que nadie más tenga que pasar por lo mismo. A día de hoy, nadie se ha disculpado ante mí, cuando lo suyo es que cuando se supo que era verdad que estaba enferma, se hubiera dejado sin efecto la sanción". Así se pronunció ayer la soldado de Badajoz Silvia Ruiz Gómez, que fue despedida del Ejército "por absentismo" mientras se encontraba en tratamiento por un cáncer de mama, como publicó en su día este diario.

Silvia Ruiz Gómez hizo estas declaraciones después de comparecer ante la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx) para presentar una demanda contra el Ministerio de Defensa, toda vez que tras buscar ayuda para acudir a la vía judicial dentro del plazo que tenía, de dos meses, se haya hecho cargo de su caso el despacho de abogados de Sevilla de Fernando Osuna.

La demanda por lo Contencioso tiene como objetivo que las Fuerzas Armadas readmitan a la soldado y le sea devuelto su puesto de trabajo, que se le declare "apta con limitaciones", de forma que se le permita volver a su empleo, si bien adaptado a sus condiciones física, en tareas administrativas, por ejemplo.

Para Silvia Ruiz, el contenido de la demanda trata de obtener tanto una rectificación como recuperar su trabajo. "Es todo lo mismo; se han basado solo en un informe de un capitán después de seis años trabajando sin el menor incidente, y en la misma compañía tuve otro informe bueno posterior al suyo, al pasar por la compañía de Logística, a la que tenía que haber ido desde el principio. Ese iguala la buena nota que obtuve en Valencia, lo único es que no se pudo poner en el apartado de condición física por mi enfermedad", manifestó. Y añadió que "las sanciones ya están anuladas, las tres, por lo que no entiendo como no se ha rectificado".

Osuna señala que "el propio Ejército recoge la figura para los militares de apto con limitaciones, que permitiría su reingreso y que se puede utilizar, además por razones humanitarias, porque es muy grave que alguien que presta servicios con normalidad, porque ahora tenga una enfermedad, el Ejército la ponga de patitas en la calle. Y si no hay una solución para estas personas, debe crearse".

'CHOCANTE E INHUMANO' El abogado asegura que "es un supuesto que el Ejército no ha tenido en cuenta y debería, entre otras razones, por equidad, para solucionar esta situación injusta en la que se ve la soldado fuera del Ejército por una causa de fuerza mayor, como es el cáncer". Y alude a que la apelación a razones humanitarias debe contemplarse en el marco del ordenamiento y conjunto de normas jurídicas, "de lo que hacen uso frecuente los jueces laborales".

En su opinión, "el caso que nos ocupa es a todas luces chocante, cuando no monstruoso, que el Ejército sea tan inhumano que no pueda ni siquiera aplicar a esta joven la figura de soldado apta con limitaciones, que es una situación legal, y reglamentaria, en la que un militar puede desempeñar sus funciones en actividades que no requieren esfuerzos ni una buena forma física".