Cientos de mujeres, hombres y niños, familiares de los soldados extremeños que forman parte de la Agrupación Española en Misión de Paz en Kosovo, recibieron ayer emocionados y nerviosos al primer contingente de 143 militares, de los cuatro que retornarán hasta el próximo día 12, en el Aeropuerto de Badajoz.

Este primer grupo llegó con la teniente médico Elena Portales al mando, en un vuelo de Air Europa que tomó tierra a las 19.20 horas, momento en el que redoblaron los movimientos de brazos para saludar a sus padres, maridos, novias e hijos.

Fueron recibidos por el general Medina, jefe de la Brigada Extremadura XI, que les dio la bienvenida a pie de escalera. Los trámites de formación y presentación se resolvieron en pocos minutos y enseguida comenzó el reencuentro de los soldados con sus familiares en un tumulto de abrazos y equipajes en la terminal del aeropuerto.

El general Medina destacó que "vuelven todos", excepto un cabo de Logística, de Valladolid, fallecido por muerte natural, informa Efe, y con algunos lesionados por hacer deporte". Y comentó que "los familiares, cuando se fueron en febrero, creían que este día no llegaría". También expresó su satisfacción por la labor realizada en "una base nueva cercana a Istok; gracias a ellas las cosas discurren como deben", a pesar de que hubo un cambio de dependencia, del sur hacia el norte, un área relativamente tranquila, "no sé si porque es así, o porque estaban allí las tropas españolas", dijo.

Aún quedan en Kosovo 520 soldados, que vendrán en sucesivos vuelos los días 5, 7 y 12. El jefe de la Brigada Extremadura explicó que no hay prevista ninguna misión en el exterior hasta dentro de año y medio.

VIDA COMO EN LA UNIDAD Elena Portales destacó que no han sufrido ningún percance "y todo ha ido bien, viajamos con gente joven, sana y con ganas de trabajar". Su misión ha sido "la de dar seguridad a la minoría serbia y en principio todo está tranquilo", afirmó. La vida diaria para la unidad española "ha sido como en la unidad".

La teniente médico es quien ha tratado a "los cuatro lesionados traumatológicos, pero ha sido por practicar deportes, y eso ocurre también en la base".

Rosa María Villalobos, madre de un niño de tres años, esperaba a su esposo, sargento, con una cierta ansiedad. "Es que él se fue el 30 de enero, por eso este tiempo ha sido largo y pesado y el reencuentro es lo más esperado", contaba emocionada.