A pesar del mal tiempo y la lluvia, que aunque ligera no cesó hasta última hora de la mañana, cientos de pacenses se acercaron ayer al templete del paseo de San Francisco a recoger sus Migas Extremeñas Solidarias, en su novena edición. Hasta pasadas las dos del mediodía se repartieron casi 2.000 raciones, que son menos de las que se han consumido en anteriores convocatorias, pero el clima desapacible retuvo a mucha gente en casa. Aún así, se reunieron 4.200 euros (2 euros de cada ración más los donativos), destinados al Banco de Alimentos, «con los que se pueden comprar muchos litros de leche», comentó conforme Antonio Cintas, de la organización.

Los que movilizan esta iniciativa estaban en San Francisco a las siete de la mañana, para empezar a servir migas a las nueve. Según el presidente de la Asociación Cultural y Gastronómica Migas Extremeñas Solidarias, el cocinero de Lugaris Javier García, muchos ciudadanos, en lugar de comérselas a la intemperie o cobijados bajo los toldos instalados para la ocasión en el paseo, las recogieron para llevárselas a casa y compartirlas en familia. «Estamos muy contentos porque a pesar de como está el tiempo, no llueve mucho, nieblea, no hace frío, y se han repartido bastantes migas», comentaba García a media mañana, cuando esperaba que el balance fuese muy positivo. De hecho, según la organización, se acercó más gente a primera hora, a pesar de que el día se fue despejando.

Muchos fueron los que atendiendo al consejo de la organización, acudieron con sus propios vasos, platos y cubiertos reutilizables para no tener que gastar los de plástico de un solo uso y así contribuir al cuidado del medio ambiente. Fue el caso de Encarna Molia, Encarnita, que no se olvidó de llevar su propio plato, su cuchara y su recipiente para bebidas desde casa. «Dijeron que el que pudiera se lo trajese» y ella hizo caso. Era la cuarta vez que participaba en esta actividad, con sus compañeros de Los Miercolinos, un grupo que nació en Facebook y se reúne todos los miércoles en la plaza Alta. Ayer no faltaron a esta cita por tres motivos: «por ayudar, primero, por estar con los amigos y por las migas, que están muy buenas, todos los años que hemos venido lo hemos pasado estupendamente», remarcó Encarnita. Se esperaba la participación de varios grupos de souts. Entre los más madrugadores estuvieron los niños del 503 de Santa Teresa, de San Fernando. «Venimos todos los años para colaborar y aunque esté el tiempo malo no faltamos», explicó su monitora Ana Molina. Dieron ejemplo, como ya hicieron el año pasado, y utilizaron sus propios platos «para cuidar un poco el medio ambiente, que es algo que siempre intentamos desde los scouts y así no generamos tanta basura».