María Luisa, María, Natalia, Nerea, Pilar, Rosa, Lucas y José. Sus fotos las ha publicado en Facebook la Asociación para la Donación de Médula Ósea y Cordón Umbilical (Admo) poniendo así cara a las personas solidarias que deciden ser donantes de médula ósea. El año pasado se hicieron en Extremadura 1.369 nuevos donantes potenciales que en la región ya suman más de 9.000, que forman parte de los 400.000 que integran el registro nacional y que, a su vez, se incluyen entre los 34 millones del listado internacional. Todos ellos son personas que generosamente han decidido dar un paso adelante para que un enfermo de leucemia, que puede estar en cualquier parte del mundo, pueda recobrar su salud.

Cuando decidieron hacerse donantes y entraron a formar parte de un registro con sus datos fueron informados de que su compromiso es de por vida y que lo es con cualquier receptor que sea compatible y cuya identidad no van a conocer, porque la donación es siempre anónima. Sí sabrán y con esa satisfacción vivirán, que si llegan a convertirse en donantes, gracias a su gesto habrá alguien en el planeta que puede continuar su historia vital y esa recompensa no tiene precio. Ahora hay un joven en Extremadura que está viviendo el proceso para donar porque existe un posible receptor. El dato de la búsqueda es esperanzador: el 90% de los casos encuentran un donante compatible en un mes o mes y medio dentro o fuera de su familia. Todos los años hay donaciones en Extremadura. Cuando el hallazgo se produce, la confirmación no es inmediata, pues hay que localizar al donante, que ha podido cambiar de domicilio, y comprobar que tiene buena salud, ya que su situación podría variar en los años transcurridos desde que entró en el registro.

Estos días vivimos en Badajoz una campaña promovida por la familia de un niño de 4 años que necesita un donante de médula ósea. En un alarde de amor infinito estos padres quieren aumentar las posibilidades de su pequeño. Las redes sociales han permitido multiplicar la llamada de ayuda y se han incrementado las peticiones de cita a Admo de personas que quizá, de no haber conocido la historia de Carlos, nunca se lo habrían planteado.

Cuando se decidan a hacerlo, tienen que saber que su compromiso no es solo con Carlos y que el hijo, el padre o el marido de otras familias que están a la espera de un donante tienen las mismas opciones e iguales esperanzas, porque en la búsqueda de un donante compatible no hay orden de cola en la lista de espera ni se puede pedir la vez.

Admo acompaña a las familias que realizan campañas concretas, como la de Carlos, y también a aquellas que permanecen en el anonimato más absoluto. Todas deben tener la seguridad de que las arropan las mismas manos. Todos los pacientes integran la lista en condiciones de igualdad para encontrar un alma gemela entre los 34 millones disponibles que han ido entrado en el registro internacional poco a poco, no mediante una campaña solidaria puntual.

De ahí que Admo insista en que hacerse donante es un compromiso para toda la vida, una alianza permanente y es fundamental disponer de toda la información, pues se corre el riesgo de que gente que se ha hecho donante pensando en un enfermo concreto, cuando en un futuro reciba la llamada se niegue a seguir adelante. Eso ocurre con el 5% de los casos. Es respetable y comprensible. Por eso cuando se da el paso, hay que ser plenamente consciente del compromiso que se adquiere. Hay esperanzas en juego.