El matador de toros extremeño Javier Solís y sus apoderados, Antonio Bueno y Joaquín Domínguez, han dado por finalizada la relación profesional que les unía desde la temporada 2001.

La ruptura se ha producido de común acuerdo y de forma totalmente amistosa, después de haber desarrollado juntos un proyecto en el que el diestro llegó a ser el líder del escalafón novilleril en la temporada 2003, año en el que indultó un novillo en Olivenza, se proclamó triunfador del Encuentro Mundial de Novilleros y pisó las plazas más importantes de España, Francia y América. Cortó orejas en Valencia, Sevilla, Madrid y la monumental de Méjico.

Tomó la alternativa el pasado junio, en la Feria de San Juan de Badajoz, y su intención ahora es que un nuevo apoderado dirija su carrera, y confirmar este año en la plaza de toros de Las Ventas.