La comunicación del servicio municipal de colegios públicos ha sido acogida con diferente reacción en los centros. En el Arias Montano, la ampa lleva tres años organizando un campamento en Semana Santa, los tres días laborables, para uso exclusivo de los alumnos del colegio y quería volver a celebrarlo. El director, Antonio García, explica que según la orden ministerial a la que alude la decisión del ayuntamiento, se permiten actividades organizadas por el colegio o la asociación de padres (como es el caso). La dirección se lo ha comunicado a la Concejalía de Colegios y ya ha recibido la respuesta de no hay ningún problema en que se celebre. Manuel García apunta que en este caso, la tarifa que se cobra a los alumnos participantes es exclusivamente para los gastos derivados de la actividad, pues se contrata un seguro escolar y el sueldo de los monitores.

García aduce que como director está autorizando una actividad que le viene bien a las familias, tiene que ver con la educación y está contemplada en los planes del colegio. Este centro, sin embargo, no acoge campamentos en verano, porque en el patio no hay sombra y se soportan temperaturas demasiado elevadas.

Pero el colegio Santa Marina, junto al puente Real, si los viene celebrando desde hace años. Los últimos veranos conjuntamente con Los Glacis y el Piloto Guadiana, turnando las instalaciones. La presidenta de la Ampa de Santa Marina, María Dolores Rodríguez, se muestra contrariada ante el comunicado del ayuntamiento pues entiende que los campamentos ayudan a muchos padres que no tienen dónde dejar a sus hijos en las vacaciones escolares y son una solución a la hora de conciliar la vida laboral y familiar que tanto se pregona desde distintas instancias. "¿Dónde los dejamos?", se pregunta. El hecho de turnar a los alumnos cada verano en uno de los tres colegios se debe a que así no utilizan todas las instalaciones y además se juntan más niños.

Al colegio han llegado ya tres proyectos de otras tantas asociaciones que se dedican a organizar estas actividades. La presidenta de esta ampa entiende que hay que pagarles para que sus monitores puedan cobrar y además destaca que, al menos los que han pasado por estos centros, son profesionales con experiencia. "No sé en qué se basa el ayuntamiento --comenta-- pero el colegio es un espacio público y no estamos hablando de montar una fiesta sino de prestar un servicio a los padres".