La banda de gaitas del Concello de OúSaviñao (Lugo) interpretaba la melodía Aires gallegos ayer alrededor del cruceiro colocado en la glorieta de Galicia, de la avenida del Perú, con motivo de la celebración del día de Galicia y del apóstol Santiago. Allí se encontraba Luis Vilela Camiño, presidente de la Casa de Galicia en Badajoz, junto con la concejala de Urbanismo, Cristina Herrera.

En Badajoz hay aproximadamente 300 familias gallegas y en día señalados como éste sienten añoranza por su tierra. "La Casa de Galicia es una embajada para los gallegos que están desplazados pero que no quieren romper sus raíces", comentaba Vilela, que aseguraba sentirse muy a gusto en Badajoz, pero que no renuncia de sus orígenes.

La mayoría de estas personas mantienen viva las costumbres gallegas: comer pulpo de vez en cuando, charlar entre los amigos, escuchar el inconfundible sonido de la gaita, hacer cursos de gallego... Son actividades que mantienen Galicia viva y que se transmiten de generación en generación.

El objetivo de estas familias es mejorar las condiciones de sus hijos sin olvidar su procedencia.

Después de la actuación en el cruceiro --tallado en piedra por los canteiros del monasterio del Pollo en Galicia--, se organizó un pasacalles por la plaza de Portugal, Gómez de Solís, Santo Domingo, Menacho, Juan Carlos I y plaza de San Atón. Después ofrecieron un concierto en el templete de la plaza de San Francisco, con música tradicional gallega y celta, escuchándose alboradas, foliadas y muñeiras.