Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) sorprendieron el pasado 7 de abril a un vecino de Badajoz realizando excavaciones en el Fuerte de San Cristóbal con un detector de metales y una azada para buscar supuestas piezas arqueológicas, por lo que está acusado de un presunto delito contra el patrimonio histórico. Al hombre se le intervino un pestillo de una puerta, datado posiblemente de la Guerra de la Independencia. La pieza está pendiente de ser analizada por la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Junta de Extremadura.

Tras varias actuaciones contra el patrimonio en la provincia, el Seprona tuvo sospechas de que el posible expolio se podría estar llevando a cabo en el Fuerte de San Cristóbal, por lo que se estableció un servicio de vigilancia en prevención de estas actuaciones, que dio como resultado la localización de esta persona, que cuando fue sorprendida por los agentes ya había realizado varias excavaciones en el terreno.

Además de la pieza arqueológica, se le intervinieron las herramientas usadas para la extracción de la misma. El hombre investigado se enfrenta a penas de prisión de seis meses a tres años o multa de doce a 24 meses por los daños causados en el yacimiento arqueológico y, una vez sea emitido el informe de la pieza de metal intervenida y si esta fuera catalogada de interés, por expolio.

Las diligencias se han remitido al Juzgado de Instrucción de Badajoz, al que se remitirá también el informe pericial de la Consejería de Cultural con la valoración de los daños causados en el yacimiento al realizar las excavaciones y la identificación y valoración del objeto que se le requisó.

La Guardia Civil recordó ayer que el uso de detectores de metales se encuentra expresamente prohibido por la Ley 2/1999 de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, por lo que las personas que hagan utilización de estos aparatos serán denunciadas administrativamente salvo que sus acciones sean constitutivos de delito.