A pesar de que ya se le había retirado el permiso de conducir hasta en tres ocasiones por sentencia judicial, un joven de 29 años y nacionalidad portuguesa fue sorprendido el fin de semana al volante cuando se dirigía al centro penitenciario para realizar los trabajos en beneficio de la comunidad a los que había sido condenado por el juez por anteriores delitos contra la seguridad vial, en concreto, por conducir bajo los efectos del alcohol.

Fue una patrulla de la Policía Nacional la que localizó al joven en la carretera de Olivenza conduciendo un Opel Astra que, según justificó ante los agentes, era propiedad de su abuela y utilizaba porque no tenía otro medio de transporte para trasladarse desde Portugal a Badajoz a cumplir la condena. El hombre fue detenido y llevado a los calabozos para ser puesto de nuevo a disposición judicial.