Música en defensa de la música. La Orquesta de Extremadura (Oex) salió ayer a la calle para reivindicar la continuidad de las orquestas sinfónicas españolas, mostrar su rechazo a los recortes que ponen en peligro el futuro de estas formaciones y protestar contra el IVA cultural. El concierto que dio por la tarde en la plaza de la Soledad fue simultáneo al que otras orquestas ofrecieron en 16 ciudades de España con la misma reivindicación.

Esta ha sido la primera vez que más de un millar de músicos de orquestas sinfónicas tocan al mismo tiempo y las mismas piezas de Mozart, Jiménez y Luis Cobos (Todos somos música ). Solo las obras con las que se despidieron los conciertos fueron diferentes, pues se eligió una representativa de cada lugar: en Badajoz fue El Candil , que el público acompañó con palmas.

La convocatoria estaba organizada por la Asociación de Músicos Profesionales de Orquestas Sinfónicas ante --según denunciaron en el manifiesto que se leyó durante el concierto-- la "crítica" situación por la que atraviesan estas formaciones, que se ven amenazadas por "reducciones, supresiones, limitaciones de plantillas y planes de discontinuidad".

Fernando Cuéllar, representante de la asociación en Extremadura, señaló que si bien la Oex superó las dificultades hace unos meses, cuando se llegó a plantear un ERE extintivo, en estos momentos es el futuro de otras formaciones el que pende de un hilo, como el de la Orquesta Sinfónica de las Islas Baleares, cuyos músicos llevan tres meses sin cobrar por la deuda que tiene con Hacienda, o el del Liceo, con un ERE en marcha y sin abonarles una mensualidad.

"El hecho de que desaparezca una orquesta es como si se cerrase un museo o una escuela. No somos lo más importante, pero dentro del mundo cultural somos uno de los pilares que lo sostiene, no nosotros como personas, sino las orquestas como instituciones", defendió. En este sentido, parafraseó a García Lorca para alertar de que "no hay nada más peligroso en un país que un pueblo ignorante y manipulable" y la cultura es el mejor antídoto contra eso.

Con estos conciertos, la Oex y el resto de orquestas sinfónicas quisieron ayer hacerse más visibles y reivindicar que "no somos de nadie, que somos del pueblo, que tocamos donde nos mandan, pero somos la Orquesta de Extremadura y pertenecemos a los extremeños". Así lo creen y así lo sienten, pues perciben la solidaridad y comprensión que piden a los ciudadanos para que compartan sus reivindicaciones. "¿A quién no le gusta la música? Nuestras vidas están llenas de música y, aunque la gente no se pare a pensarlo, muchas veces está tocada por gente como nosotros, profesionales de las orquestas sinfónicas".