Cuando en el 2011 SOS Perrera decidió embarcarse en la tarea de que los perros que se encontraban en la perrera municipal fueran adoptados, el índice de sacrificios superaba el 90%. En los últimos cuatro años ese porcentaje se ha mantenido en cero y la asociación ha evitado la muerte de unos 2.000 animales, según los datos ofrecidos por su vicepresidenta, Carmen Vega.

No ha sido fácil ni tampoco barato. Cada vez que se pone fecha para un sacrificio, si no hay adoptante, las voluntarias sacan a los perros de las instalaciones para derivarlos a casas de acogida o residencias caninas hasta que les encuentran un nuevo hogar. Algunas de estas mascotas llevan seis años en residencia porque no ha sido posible su adopción, lo que supone un gasto considerable, pues los precios oscilan entre los 100 y los 200 euros al mes por animal. En total, el año pasada la asociación se gastó 47.000 euros, la mayoría aportados por los socios, ‘padrinos’, donaciones particulares y las actividades para recaudar fondos.

En estos momentos en la perrera hay, según Carmen Vega, una treintena de perros, casi la mitad de las denominadas razas potencialmente peligrosas. Solo hay 22 cheniles y, aunque en otras ocasiones ha habido mayor masificación, el concejal de Medio Ambiente, Antonio Ávila, ya hizo un llamamiento a los ciudadanos para que adoptasen, pues en caso contrario habría que tomar otras medidas para no colapsar las instalaciones.

El grupo municipal socialista fue más allá esta semana y aseguró que el equipo de gobierno, según la información que maneja, tiene previsto retomar los sacrificios. A su juicio, esta decisión responde a la necesidad de «liberar» espacio en la perrera para las obras de mejora que se anunciaron en las instalaciones. El PSOE mostró su rechazo a que se dé muerte a los animales y pidió información sobre las gestiones realizadas «directamente» por el ayuntamiento para que no se produzcan estos sacrificios.

SOS Perrera promueve las adopciones a través de su página web y en las redes sociales, donde cuelgan las fotografías y los datos de los perros que están en adopción. En estos momentos hay entre 75 y 80 perros que necesitan un hogar (algunos de ellos en las imágenes que acompañan esta información). Quienes deciden adoptar a través de esta asociación deben cumplir unos requisitos. Se trata de un protocolo para evitar las adopciones «irresponsables» y consiste en un cuestionario, una visita a la casa donde vivirá la mascota y un posterior seguimiento. El año pasado tramitaron un centenar de adopciones, una cifra muy inferior a las registradas en el 2013 y 2014 cuando se alcanzaron el medio millar. El motivo, además de que hay menos perros en la perrera, es que muchas personas prefieren adoptar directamente en las instalaciones, pues el ayuntamiento no aplica este protocolo y solamente es necesario pagar la tasa de 50 euros estipulada.

Precisamente que se aplique este protocolo a todos los perros que salgan de la perrera es una de las demandas que SOS Perrera lleva planteando desde hace años. En este sentido, su vicepresidenta confió en que, tras el anuncio de la portavoz de Ciudadanos de que está en conversaciones con el alcalde para que las protectoras tengan más peso en la gestión de la perrera municipal, sea la asociación la que se encargue de tramitar todas las adopciones para garantizar así que el destino del animal es el adecuado.

A los perros que más difícil resulta encontrar un hogar es a los denominados potencialmente peligrosos, según Vega, por la «inmerecida mala fama» que los persigue, fruto del desconocimiento.