A primeros de julio ocurrió un incendio junto a la cabecera del Puente de Palmas de la margen izquierda. No fue de gran envergadura, pero los restos de aquel fuego aún permanecen como vestigios de una batalla pegados al puente más antiguo de la ciudad, que en su actual fisonomía data de finales del siglo XVI, une la barriada de San Fernando con el Casco Antiguo, por el que centenares de pacenses y de visitantes circulan a pie a diario y que en su origen enlazaba con la entrada a Badajoz por la puerta de Palmas, cuya silueta es el símbolo más conocido del municipio.

Junto al puente permanecen quemados los troncos erguidos y ennegrecidos de tres palmeras, yucas chamuscadas, arbustos muertos y cenizas mezcladas con restos del botellón, desde botellas de plástico a latas. No se ha limpiado nada. El desastre es perceptible desde el propio puente y por la barandilla del paseo Fluvial y la imagen que muestra es de total abandono. La situación no es mejor en el otro lateral, donde no ha habido ningún incendio, pero la vegetación crece de forma salvaje y descontrolada y entre los arbustos, algunos de ellos secos, se acumulan latas, pañuelos de papel, bolsas de comida y tetrabricks. No solo la cabecera está convertida en un estercolero, el propio puente es víctima de la falta de mantenimiento, como se aprecia en los dos árboles (posiblemente eucaliptos) que han crecido entre las juntas de las piedras de dos de sus pilastras, y que ya están provocando grietas perfectamente perceptibles.

Esta situación ha sido denunciada por la Asociación Cívica Ciudad de Badajoz. Su presidente, José Manuel Bueno, y Curro Agudo lamentaron ayer que la imagen de este puente y de la puerta de Palmas se utilicen en las ferias de turismo para promocionar la ciudad, pero este mismo afán "no se corresponde con el mantenimiento, pues se supone que esta zona debería ser el centro del turismo que llega a Badajoz". Al contrario, esta cabecera se ha convertido "en un estercolero", que como no se limpia, atrae más suciedad. Esta asociación reclama la creación de una brigada patrimonial, como funciona en otras ciudades, que se encargue del mantenimiento de los monumentos históricos y vigile que no se deterioren. Ni el ayuntamiento ni la Junta aclararon ayer si van a tomar alguna medida.