Ir a hacer la compra al supermercado o dar un paseo al perro son las principales justificaciones que los pacenses alegan cuando los agentes de las policías local y Nacional les preguntan por los motivos de su salida. En muchos casos es verdad, pero en otros solo a medias y son excusas para saltarse la cuarentena.

Hay quien ha sido ‘pillado’, y multado, por bajar al supermercado hasta siete veces en un mismo día. Primero a por el pan, después a por un refresco, más tarde a por pipas, al rato a por otro producto que se le olvidó y luego a por uno que piensa utilizar y que no tiene en su despensa. «La gente se tiene que concienciar de que hay que salir una vez a la semana y realizar una compra grande». Lo piden desde los cuerpos policiales y también los propios trabajadores de los supermercados, que están ‘obligados’ a estar expuestos al contagio para que el resto se abastezca y se percatan rápidamente de quién forma parte de este grupo de asiduos clientes.

A otros, los agentes los han sorprendido bajando varias veces al día al perro y algunos sacan a sus mascotas por zonas peatonales a las que no acceden los vehículos patrulla, como el puente de Palmas, y aprovechan para recorrerlo de una a otra punta varias veces, pese a que lo establecido es que se haga a no más de 150 metros del domicilio y por un periodo no superior a 20 minutos.

La policía ya ha advertido de que no se van a tolerar este tipo de conductas, que ponen en riesgo la salud de quien se salta la cuarentena y del resto de los ciudadanos. Prueba de ello es que las sanciones por estos comportamientos «irresponsables e insolidarios» van en aumento, sobre todo a quienes reinciden pese a las advertencias y a aquellos que no atienden a las indicaciones de los agentes de la autoridad, que son denunciados por desobediencia o resistencia. Desde que se decretó el estado de alarma, la multas se han multiplicado y algunos días, sobre todo en la última semana, se han impuesto más de 150 en una sola jornada. En apenas 15 días, en Badajoz se han superado de largo el millar de sanciones (que pueden ir de los 100 euros si son leves a los 600.000 si son muy graves, incluso conllevar penas de prisión).

Aunque los primeros días de confinamiento se registraron algunos incidentes más llamativos, como el protagonizado por un hombre que se precipitó de la muralla del baluarte de San Roque al huir de la policía, o el de un joven que se dedicó a dar pases con un capote en mitad de la avenida Ricardo Carapeto, no se han producido más hechos de este tipo.