Instituciones Penitenciarias ha suspendido de empleo y sueldo por 6 meses a un funcionario de la prisión mientras resuelve el expediente abierto por la supuesta agresión al interno Francisco Silva Gago, el pasado 6 de mayo.

El interno, según su abogado, Alfredo Pereira, se encontraba en su celda "chapao" --sancionado sin salir al patio-- cuando llegó el funcionario "y le golpeó durante unos 30 minutos. Me enseñó los cardenales que tenía por el cuerpo". Según su versión, los golpes se debieron a que "alguien le dijo al funcionario que mi representado le había insultado en una comunicación".

Otras fuentes de la prisión indicaron que el preso comenzó a insultar y amenazar al funcionario cuando fue a avisarle del levantamiento de una suspensión de comunicación que se había producido con anterioridad, y después se le echó encima para golpearle, por lo que el funcionario tuvo que utilizar su defensa y pedir ayuda al jefe de servicio para reducir al preso, que había pasado del módulo 1 al 4.

Tras el altercado, el recluso fue atendido en la enfermería, donde también se asistió al funcionario y a un jefe de servicio. Los tres presentaban lesiones leves.

Pereira explicó ayer que se han personado en la causa con el parte de lesiones, en el que figuran "erosiones y hematomas múltiples en muslo y pierna izquierda, en el costado, con dolor de riñones, herida y hematoma en la nariz y en el pecho", según el letrado. Además, han denunciado al funcionario por un delito de lesiones, amenazas y vejaciones. Asimismo, afirmó que el interno no pudo insultar al funcionario "porque asegura que no ha tenido relación con él antes".

Por su parte, el director de la prisión, Carmelo Charfolé, explicó que al día siguiente de que se produjeran los hechos, y a la vista de lo que recogían los informes, dió traslado de éstos y de los partes de lesiones tanto al juzgado de guardia como a la Inspección General Penitenciaria. Este último organismo envió a dos inspectores a la prisión, que abrieron una información reservada para esclarecer lo ocurrido y cinco días después se remitieron dos notificaciones ordenando la suspensión provisional, así como la apertura de un expediente disciplinario. Esa misma tarde se comunicó la suspensión al funcionario, que no había vuelto a trabajar desde el día de la presunta agresión por estar disfrutando de descanso y días de asuntos propios. Hasta la fecha, el juzgado no se ha pronunciado.

Charfolé defendió que se trata de un hecho "aislado y puntual" y que en los 6 años que lleva en la prisión nunca se ha abierto expediente disciplinario a ningún funcionario por una agresión a un interno. Añadió que hay una investigación y que mientras tanto debe prevalecer la presunción de inocencia. Según la versión del funcionario, recibió insultos del preso y se vió obligado a reducirle porque se puso violento y amenazó con autolesionarse. Charfolé confirmó que el preso continúa en su módulo "haciendo vida normal".