La ausencia de ocho testigos, los tres supuestos perjudicados y cinco policías, llevó al presidente del nuevo tribunal que juzga en la Audiencia a F. M. G. D. --único acusado ya por un tiroteo por el control de una obra en el campus, en el que hubo un herido, ocurrido en 2010--, a suspender el juicio que se reanudó ayer tras otras suspensiones. Fue a petición del fiscal, Diego Yebra, que los considera esenciales en la causa, y con la oposición del defensor, José Duarte, por considerar que vulnera los derechos de su representado, por dilación indebida y tener suspendidos los beneficios penitenciarios al tener pendiente esta causa, mientras cumple otra condena.

Finalmente, el presidente del tribunal, Enrique Martínez Montero de Espinosa, decidió la suspensión y la citación de nuevo de los testigos, de forma "legal y con apercibimiento de multa, en el caso de los afectados". En julio pasado, el fiscal retiró la acusación contra uno de los ocho acusados y aceptó una conformidad con otros seis. Para F. M. G. D. pide 7 años y 6 meses por los delitos de lesiones y tenencia ilícita de armas.

Duarte señaló que mantiene su defensa en base al archivo de la causa por el juzgado de instrucción en su momento, después ver numerosas pruebas y comprobar que nadie reconoció haber sido disparado por el acusado. Señaló que el arma no ha aparecido, que no se puede demostrar que fuera de guerra, ni que fuera él quien disparó.