El Shobogenzo o Tesoro del Verdadero Ojo del Dharma, escrita por el monje japonés Eihei Dogen (1200-1253), puede considerarse como el libro fundacional del budismo zen de la escuela Soto japonesa y, por lo tanto, uno de sus textos más relevantes. Una monumental obra de 95 capítulos que el pacense Pedro Piquero acaba de terminar de traducir. "Con el que publico ahora, el cuarto volumen, se acaba la edición completa", cuenta el protagonista a este periódico.

La traducción de esta descomunal obra tan sólo es uno de los tres proyectos que ha encarado Piquero recientemente. Este pianista, traductor y conferenciante extremeño de origen sevillano acaba de terminar también la producción cinematográfica del largometraje documental Silente , para el director cacereño Rubén García. Y también el trabajo discográfico Joaquín Montero: Complete Piano Works , obra completa de uno de los compositores "más interesantes y desconocidos del siglo XVIII", como explica su autor. "Todos los trabajos creativos son costosos y con todos, en cierta manera, se disfruta", afirma, humilde, Piquero.

Ahora se encuentra en plena presentación final del libro. "Contiene los capítulos 73 al 95, la continuación del Glosario de términos en sánscrito y cuatro apéndices", indica. Y es que los actos de presentación se le solapan. El pasado viernes, dio a conocer el disco en Madrid. "Este disco, dedicado a Joaquín Montero, podría ser una continuación a los dedicados a la obra de Manuel Blasco de Nebra, ya que ambos autores vivieron en Sevilla y en la misma época" recuerda. Con este ya son 6 los discos que lleva publicados. "Aunque hay otros dos más grabados", menciona.

Y la grabación discográfica de la obra de un compositor olvidado le sirvió, también, como el punto de partida de su película documental, cuyo tráiler ya está a disposición de todos. "La música, la memoria y el tiempo se cruzarán en un incierto viaje en busca del autor", aclara sobre la obra audiovisual, al tiempo que menciona a su director, Rubén García. "Fue él quien vio cómo algo que iba a convertirse en un trabajo promocional podía tomar las dimensiones mastodónticas que finalmente ha tomado", precisa Piquero, que también augura que a la película "le queda un gran recorrido por festivales".

Con todo, Pedro Piquero, traductor, pianista e inconformista, no se decanta por ninguno de estas obras. No designa favoritos entre ellas. "Todos los trabajos creativos son costosos y con todos, en cierta manera, se disfruta". Y va más allá en sus reflexiones. "Uno siempre tiene la impresión de que nunca están acabados. Podría estar retocando el libro, el CD y la película mucho más tiempo. Resulta complejo, al menor para mí, saber cuándo hay que dejar la obra como está y cuándo hay que presentarla al público", finaliza.