TCtomenzó la Feria de Olivenza, el serial señero por excelencia, el que ha supuesto un antes y un después para situar a Extremadura en un panorama muy destacado en todo lo que tiene que ver con el toro y el arte del toreo. Porque aquí siempre se han criado toros, pero ahora tenemos toreros que son figuras indiscutibles, y jóvenes que se inician, como ayer David Bolsico, formado en la Escuela Taurina de la Diputación de Badajoz y debutó ayer con picadores en la que fue una tarde exigente y nada fácil para él.

De buenas hechuras era el primer novillo de la tarde, enseñaba las puntas. Metía bien la cara en el capote de Joaquín Galdós, suelto al principio pero después anunciando clase. Bien el peruano en una larga serie de verónicas, para repetir en el quite con esta suerte, que es la fundamental del toreo de capa. Pareció definirse a bueno el novillo en banderillas, tercio en el que tuvo alegría aunque no estaba sobrado de fuerzas.

Doblones a destiempo en el inicio de faena. Resultaban claramente improcedentes porque ante un animal justito, más que domeñar había que cuidar. Había que torearlo a favor, lo que no sucedió porque el de El Juli comenzó a perder las manos. A mitad de la faena se templó el torero y se templó el astado en una buena serie con la diestra, y otra por el mismo pitón tras un intento por el izquierdo, por donde la embestida era rebrincada. Novillo de un solo pitón pero bueno, en la que fue una faena mejorable en cuanto a su planteamiento. Gran estocada y bella muerte del burel. Saludos.

Bizco del pitón derecho pero serio por delante era el segundo del lote de Galdós. Se movió de salida en el capote pero sin emplearse. Mal picado, dio cuenta de su querencia a tablas. Manseaba y consecuencia de ello se defendió en banderillas.

Ante este novillo, difícil porque difícil era templar una embestida rebrincada, supo el torero bajarle la mano y llevarlo en redondo con limpieza. Aquello mejoró al novillo al desterrar la aspereza inicial. Ahora sí, Galdós estuvo muy por encima de un animal que conforme avanzaba el trasteo se vino a menos, pues volvió otra vez a embestir rebrincado, sin colocar la cara, defendiéndose. Estocada trasera y desprendida. Silencio.

También armado en delantero era el primero de Leo Valadez, al que toreó con el capote de forma embarullada. Verónicas de salida, algunas enganchadas, y chicuelinas a destajo para llevar al animal al caballo. Saltilleras en el quite que indicaban que había deseo por parte del torero pero no había un porqué con tanto lance.

Parecía que el novillo rompía a bueno en el segundo tercio, cuando mostró un enclasado galope y Valadez, como buen mexicano, brillo en este tercio.

Cambiados por la espalda para iniciar la faena, cuando el de El Freixo confirmó lo bueno que anunciaba. Siguió el torero con la diestra con muletazos algo desiguales, pues brotaba uno rematado junto a otro no tanto. En esto, cuando Valadez se echó la mano a la zurda, llegó la cumbre del novillo. Aunque era de encaste Juan Pedro parecía un Núñez por lo largo que iba, por la calidad de su embestida. Uno de esos Núñez buenos que hacen posible sublimar el toreo. Faena muy larga, con manoletinas finales, por debajo de tan excelso animal. Mal con la espada, escuchó un aviso tras sufrir una voltereta, siendo silenciada su labor.

Bonito y acapachado era el quinto. Manseó en el caballo y Valadez le hizo un quite por lopecinas, quite bullanguero, más porque el novillo iba a su aire, y nuevamente pareó el mexicano. Con la rodilla genuflexa inició la faena aunque aliviando en el remate al de El Juli, a quien había brindado. Lo cierto es que había sorteado un animal que iba y venía empleándose lo justo, pues unas veces se quedaba corto, cuando no salía con la cara alta.

Faena de largo metraje bajo una lluvia inclemente, por encima de un animal que no tuvo la calidad de otros hermanos de camada, al final con manoletinas de hinojos. Pinchazo y estocada caída y delantera. Oreja. Por gaoneras, algo inusual, recibió David Bolsico al tercero, que embestía con celo y derribó al caballo. Chicuelinas garbosas y ajustadísimas, vertical la figura, natural el torero. Y en estas que el novillo confirmó que iba a propiciar una buena lidia.

Doblándose con él inició el trasteo David. Embestía el novillo pero tenía mucho que someter. Siguió con la diestra llevando al animal por abajo, puesta la muleta, ligadas las series. Lo había dejado crudo y no era fácil el astado, que tenía gas, celo y un punto de aspereza. Complicado se puso el utrero y llegó un desarme cuando lo toreó al natural, para terminar en la corta distancia con pases cambiados y bernardinas. Metió el torero la espada pero un desafortunado puntillero estuvo a punto de que devolvieran el animal al corral. Silencio tras dos avisos. Torero muy nuevo, tanto que éste era su primer novillo, al que hay que esperar.

Cornicorto y acapachado pero de bonitas hechuras era el utrero que cerró el festejo. Lo recibió David Bolsico a la verónica, moviendo con soltura el capote. Bien picado por Borja Ruiz, el quite fue por tafalleras. Tenía tendencia a acostarse el novillo y de ese vencerse resultó la feísima voltereta que propinó al torero al citar para un estatuario en el inicio de faena.

No sucedió el percance y David plantó cara en condiciones deplorables de lluvia y viento a la que era una embestida descompuesta. Tenía genio el novillo, soltaba la cara pero las enormes ganas de torero allí estaban, firme, aguantando coladas, salvando cabezazos. En corto, no hubo lucimiento pero sí intensa emoción. Y si a un torero hay que juzgar en función del toro, el de Higuera la Real estuvo ayer bisoño pero en torero.

Era noche cerrada en Olivenza cuando se arrastraba al último novillo. Se había visto una novillada de El Freixo de desigual comportamiento pero encastada, con mucho que torear. Encierro nada fácil para los toreros, que cubrieron con decoro el compromiso.