Nuevo derrumbe en el Casco Antiguo. El techo de un inmueble abandonado de la calle Castillo se vino abajo el miércoles por la noche. El suceso no causó daños en la vivienda colindante, que sí está habitada, aunque sus inquilinos se llevaron un buen susto al escuchar el estruendo. La policía local retiró ayer los coches que había aparcados junto al inmueble y valló el perímetro para evitar el paso de los peatones por si se producían desprendimientos.

Los arquitectos municipales visitaron el inmueble para comprobar su estado y, según la policía local, determinaron que no existía riesgo para la vivienda contigua. En esta última viven Diego Silva Campos y su mujer desde hace 27 años. Según contó ayer, el inmueble afectado por el derrumbe, de dos plantas, fue comprado por una constructora hace varios años. "Tenían pensado edificar, pero vino la crisis y se quedó ahí". El deterioro de la casa ha ido en aumento y, aunque antes se habían producido pequeños derrumbes, "ninguno ha sido tan fuerte como este", aseguró este vecino.

"Tengo nietos y me da miedo que esto se pueda venir abajo", alertó Silva, quien también teme que si se producen más derrumbes su vivienda se vea afectada. "No tengo grietas, pero sí humedades", explicó. Este diario solicitó ayer información al ayuntamiento sobre las medidas que se van a tomar, pero no obtuvo respuesta.

Este es el segundo derrumbe que se produce en menos de una semana en el Casco Antiguo. El viernes pasado se vino abajo el techo de otro inmueble en la calle Luis de Morales.