La pasada semana alerté de que en Extremadura la batería se está agotando, y de que hay que conectarse urgentemente o nos apagamos y después será muy difícil volverse a poner en marcha. La reactivación requiere mucha energía, y con seguridad se dañarán elementos de imposible recuperación. Para evitar controversias ideológicas recurría a la Termodinámica, que puede generar un mayor consenso.

Las leyes de la Termodinámica son de las leyes de las ciencias más irrefutable y de más general aplicación en la naturaleza. Explican el comportamiento de la energía en sus procesos de transformación, y toda la naturaleza es energía.

La primera ley es la de la conservación de la energía y la materia. Es aquella que todos recordamos de que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. Es decir, que para ganar o perder energía un sistema termodinámico tiene que intercambiarla con el exterior.

La segunda ley es la de la entropía, que indica que un sistema termodinámico en su intercambio de energía pierde siempre energía útil, pasando a ser no utilizable. Este es un proceso natural de desorganización de la materia y de pérdida de información que es irreversible. Siempre la transmisión de calor es del cuerpo más caliente al menos. La tendencia de la naturaleza es hacia un incremento de entropía que lleva a un equilibrio próximo a la muerte, y solo es reversible mediante la utilización de fuentes externas de energía.

Perdonen esta simplificación de unas leyes tan complejas y bonitas, y también irrefutables, pero nos invitan a tomar cuatro medidas urgentemente:

1. Hay que conectarse con el exterior con lugares con mucha más energía como las ciudades de Madrid y Lisboa.

2. Hay que enfocarse radicalmente a la exportación para atraer energías externas.

3. Hay que generar reacciones espontáneas en el interior (libre iniciativa privada) que no necesiten permanente energías externas para funcionar.

4. Hay que eliminar al máximo posible los elementos improductivos del sistema que absorban energías. Es pura aplicación de la Termodinámica. Si apartamos el debate de los prejuicios ideológicos y lo enfocamos desde la ciencia, a lo mejor es más fácil reaccionar.