El juicio contra José Luis Hernández Durán, conductor del autocar accidentado en Talavera la Real en 2005, se inició con los testimonios de algunos de los pasajeros, quienes no recordaban lo sucedió aquel día porque iban dormidos y también señalaron que, tras el siniestro, no escucharon "en ningún momento" al conductor explicar que el accidente se debió a un "fallo de los frenos", como justificó ante el tribunal el propio acusado, según informa la agencia Europa Press. A Hernández Durán se le acusa de dos homicidios por imprudencia y otros 25 delitos de lesiones.

Sin embargo, otros de los viajeros indicaron que el acusado circulaba "tan deprisa", que el vehículo daba la sensación de "inestabilidad", como apuntó María Teresa Rayo, quien también detalló que a consecuencia del accidente aún hoy sufre secuelas "físicas y psíquicas".

Esta mujer relató que lo único que apreció del siniestro fue "el autobús volando" y los gritos de sus compañeros. "Lo que no recuerdo es que el conductor frenase", apostilló. En el mismo sentido, se pronunció otra de las afectadas ante la sala donde se juzgan los hechos. Así, Luz María Miranda insistió en que el autobús "salió volando" por "exceso de velocidad", según argumentó.

El accidente ocurrió el 20 de junio de 2005, cuando trasladaba a 41 funcionarios de la Junta de Extremadura de Mérida a Badajoz, se salió de la calzada y cayó por un terraplén a la entrada de la población pacense de Talavera la Real, presuntamente, según indicaron tanto el fiscal como los acusadores particulares, por exceder los límites de velocidad permitidos en el tramo donde se accidentó el vehículo.

Por estos hechos, el fiscal coincide con la acusación particular en solicitar la pena de 4 años de prisión y la retirada del carnet de conducir durante 6 años al imputado, así como el pago de una multa para indemnizar a los afectados, por dos delitos de homicidio imprudente grave con el resultado de dos muertes y otros 25 afectados con lesiones.

Asimismo, el Ministerio Fiscal considera responsable subsidiaria de los hechos a la empresa Leda, a la cual reclama el pago de 600.000 en concepto de indemnizaciones. Mientras que la defensa plantea que el accidente ocurrió por un fallo en los frenos del autobús y no porque su cliente se extralimitase en la velocidad indicada.