El Fuerte del cerro de San Cristóbal recibe su nombre de una ermita consagrada a este santo que se alzaba en un lugar indeterminado, pero que existía, pues un plano del siglo XVIII la sitúa en el centro del fuerte, según la información facilitada por el historiador Alvaro Meléndez, capitán de Infantería. El fuerte se empezó a levantar en su estructura actual hacia 1642, con motivo de la guerra de Portugal, y ha sido testigo de la historia bélica de la ciudad en los últimos 300 años.

Como todas las obras de fortificación, ha estado en manos de militares con continuas reformas hasta finales de los años 60, cuando el Ministerio del Ejército se lo vendió al ayuntamiento. La prensa de la época ya publicó que el consistorio quería dedicar entonces el Fuerte a Parador Nacional.

Esta construcción está unida hasta la cabeza del puente Viejo por una trinchera. Según la visión Meléndez, su estado actual es de "un abandono y penoso descuido por parte de la Administración municipal".

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