El Festival Internacional de Documentales de Madrid, Documenta Madrid 2009, ha seleccionado entre 1.078 cintas el cortometraje producido en Extremadura La Esquina del tiempo , que la pacense Carla Alonso ha rodado en Galizuela, una pequeñísima aldea dependiente del Ayuntamiento de Esparragosa de Lares. En la realidad Galizuela tiene 5 habitantes y en el documental son solo dos, protagonizados por Martín Hidalgo y Cesáreo Hidalgo, de 90 y 83 años, que aunque comparten el apellido no son hermanos, sino cuñados.

A Carla Alonso le habían hablado de esta aldea porque en ella vivía muy poca gente, no tiene ninguna tienda, ni bares, ni absolutamente nada. Pasó por allí en enero del 2008, conoció a los abuelitos que permanecen en Galizuela y surgió el proyecto de rodar el documental, que presentó a través de la productora en la que trabaja, el grupo Ros, a las ayudas a cortos que concede la Junta. El rodaje se realizó durante una semana a finales de septiembre. Para los pocos habitantes de Galizuela fue una experiencia única.

"Se lo han pasado bomba", cuenta Carla Alonso, pues no suelen recibir visitas y es gente muy mayor con escasas posibilidades de movilidad pues no tienen coche ni carnet. Para ellos supuso una fiesta que un grupo de gente joven viviese allí durante unos días en un albergue de Adenex porque es "gente que no está acostumbrada a que se les preste mucha atención y tener a siete personas a su alrededor todo el día es importante". Recuerda que a un anciano le comentaba que cuando por la noche veía luz en el albergue le daba compañía.

En el documental, Galizuela no aparece como tal. Solo en un plano se ve de pasada el cartel de la localidad. "No trata sobre este pueblo en concreto, ni de la zona, no se sabe muy bien dónde está", explica Carla Alonso.

La historia gira en torno a dos ancianos que habitan en la aldea, a la que llega un joven maestro que busca lugares donde poder hacer rutas con sus alumnos. El documental narra la historia, primero del pueblo, con los abuelos allí solos y luego las conversaciones que mantienen con el joven.

Para su directora, el tema es "bastante sencillo". Incluye varias pausas en las que se introducen poemas de Pablo Guerrero, que pueden ser los momentos "más profundos" pero el resto básicamente son las conversaciones de los mayores contando sus experiencias "y su sabiduría, que es verdad que es muy profunda, porque han vivido muchos años y muchas cosas".

Por eso La Esquina del tiempo (título sacado de un verso de Guerrero) es la historia de la transmisión de esa sabiduría popular y rural "que vamos perdiendo"; el joven viajero aparece como relevo para transmitir "un tiempo que va a desaparecer" y que él recoge para traerlo al presente. Si nadie hubiese aparecido por allí, se habría perdido.