La operación programada en el Plan General de Ordenación Urbana de Badajoz que prevé la desaparición de las viejas casas del Cebadero, junto al parque de San Fernando, y la existencia de un vial, empieza a tomar forma, una vez que ha sido derribado uno de los grupos de viviendas, donde la Inmobiliaria Municipal construirá dos nuevos bloques de pisos. Según la concejala de Urbanismo, Cristina Herrera, en año y medio estarán terminadas las nuevas viviendas, momento en el que se procederá al derribo de las casas del otro grupo, cuyos inquilinos podrán acceder a las ya construidas.

Este proceso viene de largo, pero Cristina Herrera comentó ayer que hasta hace tres años nadie se había atrevido a ponerlo en marcha. Son viviendas de propiedad municipal en alquiler, con derecho para los herederos. Las casas se encuentran en la calle Valladolid, repartidas en dos grupos: un primer grupo de 28 viviendas de una planta y el segundo de 30 casas en una y dos alturas. La semana pasada fue derribado completamente el segundo grupo, en el que había 26 casas ocupadas, algunas en precario, y cuatro se encontraban vacías y tapiadas debido a su mal estado. Herrera señaló que arreglar estos inmuebles costaba alrededor de 12.000 euros por cada vivienda.

TRASLADO

Para proceder al derribo ha habido que trasladar a todas las familias del segundo grupo. El ayuntamiento ha pagado los gastos de traslado y está abonando un alquiler de 300 euros a cada una. Otras 15 han sido realojadas en viviendas de propiedad municipal, situadas en la avenida Carolina Coronado y las calles Fray Antonio Gómez y Pablo Neruda. La concejala aseguró: "no hemos tenido problemas con ninguno de los vecinos", aunque comentó que ella comprende el trastorno que les supone.

En el terreno ahora vacío la Inmobiliaria Municipal va a construir 69 viviendas de Protección Oficial, que pueden ser adquiridas por los vecinos a precio de costo, que oscila entre los 18.000 y los 48.000 euros, muy por debajo del precio de mercado. La concejala de Urbanismo señaló que se prevé que la construcción de los nuevos edificios de pisos supera los 4,2 millones de euros.

La operación se ha hecho de tal forma que las familias que quedan en el otro grupo por derribar tienen la opción de adquirir uno de los pisos de los dos bloques que se van a construir ahora al lado, de manera que no tendrán que trasladarse nunca a vivir fuera de su zona. Cristina Herrera comentó que el ayuntamiento ya ha empezado a negociar con los inquilinos del grupo de casas que se derribará posteriormente y, de momento, no hay problemas.

Además, según comentó la concejala, se ha dado la posibilidad de que si los actuales inquilinos no tienen capacidad para adquirir los nuevos pisos, los puedan comprar sus familiares, con el compromiso de que sigan viviendo aquí hasta su fallecimiento. Las viviendas sobrantes de la operación se pondrán a la venta al precio que marque el mercado libre para las de protección oficial (VPO).