TLta restauración de la plaza de España debía completarse con unos toldos que aligerasen a los sufridos badajocenses de los rigores de la canícula. Se instalaron unos puntales aparatosos, quizás demasiado altos, y el resultado final resultó bastante aceptable. Había que elogiar al ayuntamiento. Luego vino el viento, que rasgó las velas y las convirtió en inútiles. Podía haberse previsto, pero, de todas formas, un accidente lo tiene cualquiera.

Y después aparecieron las marrullerías de costumbre. Se quisieron reponer los toldos y se hizo a base de irregularidades administrativas. Yo no soy mal pensado por principio y creo que, a veces, las dificultades se tratan de suplir con favores --entiéndanse en sentido positivo-- y luego pasa lo que pasa. Eso es muy frecuente en ciertas administraciones y, por intentar solucionar problemas, lo que se hace es complicar las cosas y, a veces, incurrir en franca ilegalidad. Es práctica muy difundida en las administraciones locales, afecta a todos los colores y suele ocultar una muy defectuosa gestión. Muchas empresas recurren a lo que sea por conseguir trabajos y, sin que haya ilegalidades manifiestas, si hay muchos amiguismos y nadie dice nada, porque hay bastantes implicados y las administraciones son siempre una vaca a ordeñar. Total, a lo que nos ocupa, después de la tempestad política nunca vino la calma. Y ya no hubo toldos. Y vamos a seguir sin ellos a pesar del calor. Los únicos serán los romboidales colocados en ciertas calles. Los del Centro Comercial Abierto, que son de iniciativa privada y clasistas de necesidad, porque sólo dan sombra a los clientes. A los demás, a quienes vivimos en calles sin comercio, que nos den por retambufa.

Nos cuentan que los altísimos postes de la plaza, ya inútiles para su función primera, sirven para la instalación eléctrica de algunas fiestas. Podría ser peor y que sólo se usasen para afear la plaza. Aquí el que no se consuela es porque no quiere. ¿No les parece a ustedes, señores del ayuntamiento, que se han pasado ya siete pueblos con nosotros? Y no se refugien en el recurso fácil de la política. Pagamos impuestos --y que no se nos ocurra retrasarnos-- y ustedes sólo responden con lentitud e ineficacia. ¿Es esta la ciudad más desarrollada de Extremadura? Sin duda tenemos el equipo de gobierno que nos merecemos. ¡Qué falta de autoestima!