Hay tópicos que vienen de lejos, pero que se han agigantado con el tiempo y, sobre todo, por el turismo, que es un gran factor educativo, pero que a veces distribuye teorías históricas falsas con el sólo propósito de vender. Una de ellas es la famosa de las Tres Culturas. Quién no ha escuchado hablar de ella. Se ha convertido en una marca de calidad del producto turístico Toledo. Ahora lo veo en carteles para designar a un mercado medieval en Cáceres. Y en Badajoz ha habido algún intento de usar el mismo tópico a propósito de la fiesta de Al-Mossasa, aunque no pareció prosperar -por suerte y por ahora-.

Me parece que es momento de corregir un error aunque sea políticamente correcto en un momento como el que estamos viviendo y, muy especialmente, el mundo islámico. No sólo árabe. Al-Andalus -escojan la ciudad y el momento que quieran- no fue la tierra idílica que algunos pintan. Fue el territorio violento que puede suponerse en una etapa de la humanidad como fue la Edad Media europea. Aunque, sin duda, hubo periodos de tranquilidad y estabilidad y, a veces, un enorme enriquecimiento intelectual. Pero, de tolerancia nada. Cuando el Islam dominaba era intransigente con los otros dos grupos minoritarios: cristianos y judíos. Y viceversa. Los judíos, que nunca tuvieron aquí dominio político, fueron malamente tolerados por las otras dos mayorías. ¿Que se dejaba a las minorías, en territorio islámico o cristiano, mantener sus propios jueces y administradores? Sí. Hasta que se producía un litigio con un miembro del grupo dominante. Entonces prevalecía la ley de éste, dejando en inferioridad jurídica al otro.

Había una coexistencia inestable, que se veía alterada con cierta frecuencia por pretextos de índole religiosa, que solían encubrír otros menos evidentes. No está mal que hablemos y que añoremos la convivencia. Pero no la hubo del modo que se vende. Entérense. Hubo dos culturas --árabe y romance- y tres religiones -- islam, cristianismo y judaísmo--. Nada más. El resto es literatura. Bonita, pero literatura. Sirve para atraer turistas y no digo que sea negativa, ni mucho menos. Pero históricamente es un hecho falso.