Durante quince minutos ininterrumpidos cayó un fuerte granizo sobre la ciudad, que se completó otra media hora con importantes lluvias. Todo ocurría a partir de las 17.30 horas y el resultado fue que muchos puntos de la ciudad se vieron colapsados por tan inesperado fenómeno meteorológico y los bomberos del servicio municipal, Protección Civil, la Policía Local y hasta la Guardia Civil, se encontraron desbordados por las consecuencias. Todos los dispositivos de bomberos y Protección Civil se echaron a la calle.

Aunque prácticamente en toda la ciudad eran visibles los efectos de la tormenta, los puntos más afectados fueron Antonio Masa Campos, en el tramo de la vía de servicio entre la calle Juan Nogré y la cafetería El Venero, y sobre todo la calle San Sisenando, en el Casco Antiguo, hasta la esquina con Madre de Dios.

En estos dos puntos, el hielo acumulado llegó a alcanzar un metro de altura. El problema es que los sumideros no eran capaces de tragar el agua caída porque se había hecho sólida. Según los afectados, tanto en Antonio Masa Campos como en San Sisenando se produjo este fenómeno porque está zona está más baja que el entorno y ahí fue a parar todo el agua y el granizo que arrastraba. Estas dos vías estaban totalmente colapsadas, no podían pasar los coches y los aparcados se encontraban atascados entre rocas de hielo.

El principal problema se produjo en los garajes. En la autopista, en el garaje del edificio Los Arcos, el agua con hielo cubría hasta el techo el único coche que no pudo rescatarse a tiempo. Los bomberos consiguieron sacar otro coche. Dentro había además otras dos motos. En San Sisenando, por haber muchas viviendas bajas, se anegaron y sus inquilinos no daban abasto para sacar agua, que alcanzó más de un metro. También uno de los garajes en Madre de Dios se inundó. Uno de los vecinos, Juan Pedro Brun, estuvo hora y media moviendo el agua que entraba en un imbornal para impedir que se atascase y así consiguió que no subiese más en la calle.

Los bomberos comentaron que se habían derrumbado algunas techumbres, en Bravo Murillo, Sepúlveda, Morales y en San Sisenando, donde se cayó el techo del tercer piso del número 40. Al inquilino de esta vivienda, Antolín Indiano, no le llegaba la camisa al cuerpo y se quejaba de un golpe en la espalda. Anoche no podía dormir en su casa.

En Suerte de Saavedra, hubo que rescatar a una embarazada de un coche que se quedó atascado y también hubo problemas en San Roque y Valdepasillas. El alcalde, Miguel Celdrán, y el concejal de Bomberos, Francisco Javier Gutiérrez, se acercaron a los lugares más afectados para comprobar lo ocurrido.