Los trabajadores en huelga del Grupo Márquez se dividieron ayer para estar presentes en las puertas de dos plantas de áridos, la de Capiexsa, en la carretera de Madrid, y la de Casablanca, en la de Campomayor El fin era impedir el tránsito de camiones cargados con material de una a otra con el objetivo de sacarlo al mercado desde esa empresa. Ambas pertenecen al mismo grupo.

Según manifestó ayer a este diario Antonio Correa, representante de los trabajadores por UGT, hay "seis o siete empleados a los que obliga la empresa a cargar material por las tardes y por las noches, para llevarlo de Capiexsa a Casablanca y distribuirlo desde allí". Este diario intentó comunicar telefónicamente con algún responsable del grupo para conocer su versión de los hechos, pero no fue posible.

Los trabajadores, que han convocado una segunda fase de movilizaciones para esta semana, del 11 al 15, continuaban a la espera de noticias por parte de la empresa, después de que un representante de la misma intentara convencer el pasado martes a algunos de ellos de la conveniencia de retomar la actividad, a lo que se negaron.

Correa afirmó que "sabemos que han nombrado a un mediador para hablar con nosotros, pero aún no lo ha hecho, no se ha puesto en contacto".

Las protestas de la plantilla del Grupo Márquez se deben a que la empresa les adeuda una mensualidad, la de diciembre, después de llegar a un acuerdo para que se hiciera efectiva antes del día 11 de enero, lo que no ocurrió debido a los problemas económicos por los que atraviesa la empresa. A éstos se sumó un grupo de trabajadores que concluyeron su contrato por las obras de Las Pilara y no cobraron la liquidación.