El aumento de atropellos registrado en lo que va de año ha llevado al ayuntamiento a tomar cartas en el asunto, de tal forma que ha decidido probar un nuevo modelo de pasos de peatones denominado asimétrico que se colocará en seis puntos de la ciudad que carecen de semáforos con el fin de aumentar la seguridad de los peatones y de reducir el número de atropellos.

Lo que hace diferente a estos pasos es que son más anchos porque en ellos se amplía la línea de detención de los vehículos en cada uno de los sentidos entre 3 y 5 metros. Esto obligará a los vehículos a frenar, como mínimo, a tres metros de donde cruzan los peatones.

De esta forma, al peatón se le obliga a cruzar siempre por la zona de seguridad --por el centro-- dejando a la derecha o la izquierda la zona de máximo riesgo, colocando unas vallas en cada parte, según las características del paso de peatones. Para ello será necesario suprimir alguna plaza de aparcamiento.

Este nuevo modelo fue presentado ayer por el concejal de Tráfico, Germán López Iglesias, y el superintendente de la Policía Local, Juan José Venero, quienes reconocieron que hasta el lunes se habían producido 49 atropellos con 3 víctimas mortales, una cifra que en menos de siete meses casi ha alcanzado la de todo el año pasado, en el que hubo 51 atropellos con 1 persona fallecida.

Las causas de este incremento se deben principalmente, según coincidieron, "a la mala fortuna", ya que según Venero "en dos de los fallecimientos fue mala suerte, porque ese suceso se repite mil veces y no tiene ese resultado, ya que los vehículos se encontraban prácticamente detenidos".

Un punto donde se colocará uno de estos pasos será en el cruce situado entre la rotonda de Isabel de Portugal y Jaime Montero de Espinosa que conduce hacia el cementerio viejo, donde se han producido dos atropellos, uno de ellos mortal. Este se reforzará además con una banda reductora a 15 metros y con señales verticales y horizontales, con el fin de obligar al conductor a circular a 20 kilómetros por hora.

López Iglesias anunció que también se pondrán pasos asimétricos en Sinforiano Madroñero (a la altura de la Confederación Hidrográfica del Guadiana), en Godofredo Ortega, en la avenida del Perú, en el cruce de Díaz Ambrona con Cuatro Caminos y en la avenida Villanueva en el paso que hay junto a Díaz Brito.

Pasos de este tipo se han colocado en otras ciudades como Pamplona, Logroño o Plasencia, y la experiencia ha sido positiva, ya que, según el concejal, han resultado efectivos porque "se ha reducido bastante el número de atropellos".

CAMARAS Esta medida se pretende implantar en el último trimestre del año, al igual que otras acciones dirigidas a garantizar la seguridad del tráfico, como la instalación de cámaras, denominadas fotorrojos, en los cruces semafóricos para detectar a aquellos vehículos que no respeten los semáforos en rojo.

Inicialmente habrá dos cámaras que se instalarán indistintamente en cada una de las diez carcasas que van a colocar en diez puntos de la ciudad, concretamente en las ocho intersecciones de la BA-20 desde el paseo Fluvial hasta el cruce con la carretera de Corte de Peleas, además del cruce de Damián Téllez de la Fuente con Jacobo Rodríguez Pereira y el de la avenida de Pardaleras con Antonio Cuéllar Grajera.

La idea, según López Iglesias, es adquirir posteriormente más fotorrojos para llegar a tener en la ciudad hasta cinco unidades.

También se colocarán siete cámaras de sistema de reconocimiento de matrículas en el carril bus para evitar que los vehículos invadan estos carriles. Se instalarán en un mástil con un sistema antivandálico en siete puntos distintos de los cuatro tramos del carril bus.

En Ronda del Pilar habrá una a la altura de Manuel Fernández Mejías y otra después del cruce con Dragones Hernán Cortés. En la avenida de Colón se instalarán en el cruce con Ramón y Cajal y a la entrada de Santa Marina. En Sinforiano Madroñero estarán en José María Alcaraz y Alenda y junto a los aparcamientos del Telepizza. En Pardaleras se colocará en el cruce con la calle Cordero.

El carril bus es invadido muchas veces por padres que llevan a sus hijos al colegio, y que, según Venero, deben buscar otras alternativas.